Lo de Estados Unidos y su pasión por las armas es para muchos europeos algo enfermizo. Al menos ocho estados debaten estos días sacar adelante propuestas legislativas para excluir los centros universitarios de las listas de zonas "libres de armas". La otra cara de la moneda es Michael Bloomberg, el alcalde de Nueva York, que encabeza desde hace meses una cruzada contra las armas que ha cobrado mayor protagonismo tras el tiroteo de Tucson del mes pasado en el que murieron seis personas. Y en medio, un presidente, Barack Obama, que ha prometido involucrarse "pronto" en el necesario debate nacional pero que, de momento, y pese a la presión, se ha mantenido callado.

Bloomberg está al frente de medio millar de alcaldes de EEUU que llevan meses presionando a los congresistas para que aprueben nuevas leyes federales más estrictas para controlar mejor la venta de armas. Para conseguirlo plantean, fundamentalmente, actualizar los mecanismos de revisión de antecedentes criminales que tienen que pasar los eventuales compradores y mejorar las comunicaciones entre las agencias federales.

En el punto de mira del alcalde están también las ferias de armas que se celebran en muchas zonas del país, donde gracias a una laguna jurídica cualquier mayor de edad y residente en ese estado puede comprar una sin que ni siquiera se comprueben sus antecedentes penales. Así lo constataron la semana pasada un grupo de investigadores enviados por Bloomberg a uno de estos gun shows .

ESTADISTICAS Cerca del 30% de las armas que se trafican en EEUU pasan por este tipo de ferias y el 40% de las ventas legales registradas se hacen a través de vendedores privados. En EEUU se producen incidentes cada día con armas de fuego, y en las últimas cuatro décadas casi medio millón de personas han muerto de heridas de bala.