Chirac prefirió ayer, como otras veces en su mandato, primar los equilibrios políticos dentro de su mayoría --decidir de forma partidista-- a actuar como el presidente de todos los franceses. La respuesta de Chirac al descontento social no hubiera sido la misma de cohabitar con un Gobierno de izquierdas o de estar resuelta la disputa sobre el candidato conservador a las presidenciales. El presidente dio la cara por Villepin y la espalda a una confrontación nacional, que hoy sufre Francia y mañana alguien deberá pagar.

*Periodista.