El trazado del tren de alta velocidad, que desde Lisboa debería llegar al centro de Europa, pasando por Madrid, Barcelona y Lyón, afecta al norte de Italia (Turín), zona de mayoría progresista. El año pasado, manifestantes que consideran que esta zona ya está saturada de vías de comunicación, impidieron las obras. Comunistas y verdes están en contra del proyecto. El Gobierno atiende las protestas pero no quiere quedarse fuera de este importante itinerario internacional.