La Convención completó ayer el proyecto de Constitución de la UE con la adopción de los apartados pendientes dedicados a la políticas comunitarias. La última sesión de la Convención sirvió para incorporar las reivindicaciones pendientes de Alemania de excluir los cupos nacionales de inmigrantes de la política europea y de Francia para mantener el veto en los temas culturales de los acuerdos comerciales.

De este modo, todos los grandes países de la UE han visto satisfechas sus reclamaciones vitales, excepto España. El Gobierno de José María Aznar quedó aislado en su defensa del reparto de poder entre países acordado en el Tratado de Niza, y en su rechazo al nuevo sistema de votación en el Consejo de Ministros por mayorías de estados que representen al menos el 60% de la población.

La Convención también incorporó al proyecto de Constitución los símbolos de la UE: la bandera azul con 12 estrellas doradas, el himno basado en la Oda a la Alegría de la Novena Sinfonía de Ludwing van Beethoven, la divisa "unidos en la diversidad", el euro como moneda y el 9 de mayo como festividad europea.

El presidente de la Convención, Valéry Giscard d´Estaing, afirmó que el proyecto de Constitución "es el punto extremo al que se podía llegar sin desgarrar el aún frágil tejido de la UE". Giscard instó a los gobiernos a no deshacer los avances logrados, en el proceso final de negociación, que comenzará en octubre.

La ministra de Exteriores, Ana Palacio, calificó de "éxito" el proyecto y explicó que había omitido toda referencia a la "reserva" española al sistema de voto porque ya quedó clara. España, anunció, contactará ahora con los demás gobiernos para buscar una solución más equilibrada al reparto de poder institucional.