Entre promesas de diplomacia, reconstrucción de alianzas y esquivas respuestas sobre la estrategia de Estados Unidos en Irak, Condoleezza Rice aprovechó ayer su primera sesión de confirmación como nueva secretaria de Estado para ampliar lo que el presidente George Bush bautizó como "eje del mal". A Corea del Norte e Irán, los dos países que componían junto a Irak ese mapa de enemigos, la asesora de Seguridad Nacional de Bush en la primera legislatura sumó Cuba, Bielorrusia, Zimbabue y Birmania, a los que definió como "puestos de avanzada de la tiranía" y ante los que solicitó la atención mundial.

Rice compareció ante la comisión de Relaciones Internacionales del Senado. Se da por hecho que su nombramiento superará el trámite en el Congreso y que Rice se convertirá en la segunda mujer en el cargo después de Madeleine Albright. Pese a que es seguro que la íntima aliada de Bush sustituirá a Colin Powell, la comparecencia permitió que senadores demócratas, incluido el excandidato presidencial, John Kerry, la interrogaran sobre la complicada situación en Irak.

A LA DEFENSIVA Rice se negó a dar un calendario de retirada de tropas alegando que cualquier decisión al respecto depende de la capacidad de las fuerzas iraquís de garantizar la estabilidad. Dijo que EEUU tiene "grandes desafíos tácticos" en Irak y afirmó que la guerra fue "difícil, pero necesaria y adecuada".

Rice apostó por la diplomacia, proclamando que "la interacción de EEUU con el mundo debe ser una conversación, no un monólogo". "Las alianzas y las instituciones multilaterales pueden multiplicar la fuerza de las naciones que aman la libertad", aseguró, y añadió que "la misión que Bush ha marcado para Estados Unidos y para el mundo" es "la expansión de la libertad y la democracia en el planeta".

Rice intentó dar un golpe de efecto y dijo que "es el momento de la diplomacia", pero el demócrata Joseph Biden le recordó que "el momento de la democracia hace rato que debía haber llegado".

ORIENTE PROXIMO Y RUSIA Rice fijó la expansión de la democracia en Oriente Próximo como otra de las prioridades. "Mientras el amplio Oriente Próximo siga siendo una región de tiranía, desesperación y rabia, producirá extremistas y movimientos que amenazan la seguridad de los estadounidenses y de nuestros amigos". Habló de su intención de "trabajar personalmente" con los líderes de Israel y Palestina y reclamó a los últimos más trabajo para acabar con los ataques terroristas contra Israel.

La experta en la antigua Unión Soviética reconoció que la democracia en Rusia está haciendo un "accidentado camino".