El primer destacamento de misiles tácticos 'Iskander-M' ('SS-26 Stone', según la clasificación de la OTAN) que despliega Rusia en el sur del país ha llegado este martes a la capital de la región de Krasnodar, a orillas del mar Negro. Se trata de los primeros misiles de este tipo que instalará Moscú en las proximidades de sus fronteras sureñas, en el denominado Distrito Militar Sur, donde limita con Georgia, Azerbaiyán y Turquía.

Una fuente del Ministerio ruso de Defensa reveló ayer a la prensa que estos cohetes tácticos también han sido desplegados en el enclave báltico de Kaliningrado, limítrofe con dos países miembros de la OTAN, Polonia y Lituania.

La propia cartera confirmó el despliegue de los misiles en el Distrito Militar Noroccidental, que incluye la región de Kaliningrado, aunque no aclaró el lugar concreto en el que se han instalado estos cohetes, que tiene un alcance de entre 50 y 300 kilómetros y pueden portar distintas cargas de hasta 480 kilogramos.

En noviembre del 2011, el entonces presidente ruso, Dmitri Medvédev, amenazó con desplegar los 'Iskander' en Kaliningrado, entre otras medidas, en respuesta al emplazamiento en Europa del escudo antimisiles norteamericano. Y la semana pasada, el presidente Vladímir Putin denunció que EEUU siga adelante con el escudo, cuando el principal argumento para su despliegue, el programa nuclear iraní, ha sido suspendido durante seis meses tras el reciente acuerdo alcanzado entre Teherán y las grandes potencias.

El escudo "no solo permanece, sino que se refuerza. Nosotros entendemos perfectamente que el sistema de defensa antimisiles solo es defensivo de nombre. En realidad, es una parte significativa del potencial ofensivo" de EEUU y la OTAN, manifestó Putin.

Cabezas nucleares

Rusia, por otra parte, necesita alrededor de 1.500 cabezas nucleares para la contención estratégica, ha asegurado hoy el comandante jefe de las Fuerzas de Misiles Estratégicos (FME), Serguéi Karakáyev. El general ruso ha explicado que EEUU "tiene aproximadamente la misma cantidad" de cabezas nucleares en sus fuerzas estratégicas ofensivas, y ha recordado que este número "está contemplado en el nuevo tratado de reducción" de armas nucleares (START 3, por sus siglas en inglés).

Karakáyev ha apuntado también que el Ejercito ruso incorporará en cinco o siete años los nuevos misiles intercontinentales 'Sarmat', llamados a sustituir a los 'RS-20V Voevoda' ('SS-18' en la clasificación de la OTAN), desarrollados aún en tiempos de la Unión Soviética.

Sistema de disuasión

El presidente Putin ha dejado claro que Rusia no aceptará alterar el actual equilibrio del sistema de disuasión nuclear. Ha dicho en muchas ocasiones que Rusia no renunciará a su arsenal nuclear hasta que disponga de armamento sofisticado que cumpla la misma función, además de abogar por conservar la paridad nuclear con EEUU al considerarlo un elemento de estabilidad internacional.

De ese modo ha respondido a la propuesta del presidente de EEUU, Barack Obama, de reducir en un tercio los arsenales estratégicos de ambas potencias. Moscú considera que las armas de alta precisión que desarrollan algunos países pueden equipararse al armamento estratégico por su potencial ofensivo.

Tratado de reducción

El START 3, ratificado a comienzos de esta década, obliga a rusos y estadounidenses a reducir en un 30% el número de cargas nucleares, hasta 1.550 por país, y limita a 800 el de vectores estratégicos, como misiles intercontinentales, submarinos y bombarderos.

Sin embargo, Moscú ha amenazado con una nueva carrera armamentista a EEUU si este país sigue adelante con sus planes de desplegar el escudo antimisiles en Europa, que Rusia considera una amenaza a su seguridad al minar su potencial estratégico.