Rusia comenzó ayer a aliviar en varias regiones las restricciones impuestas para luchar contra el coronavirus después de que su presidente, Vladímir Putin, decidiera flexibilizar el confinamiento pese al aumento diario por encima de 10.000 casos que registra aún el país. Las autoridades no revelaron cuántas regiones comenzaron el alivio, pero el lunes la vicepresidenta primera Tatiana Gólikova dijo que 11 estaban listas para la primera e incluso segunda fase del plan de desescalada.

En la primera fase se permitirán paseos con los niños, el ejercicio al aire libre y la apertura de algunos comercios y servicios, en tanto que en la segunda se podrán hacer paseos en familia, se abrirán comercios con una superficie mayor y se reanudarán las clases en centros educativos.

En Moscú, epicentro de la epidemia en Rusia con 121.301 contagios y 1.179 decesos, su alcalde, Serguéi Sobianin, decidió mantener hasta el 31 de mayo el confinamiento para la población, pero medio millón de empleados pudieron volver ayer al trabajo en la construcción y la industria.

Según los últimos datos, Rusia suma 232.243 contagios tras añadir ayer otros 10.899. El número de fallecidos es muy inferior al de otros países y asciende oficialmente a 2.116. El Gobierno rechaza cualquier acusación de manipulación.