La Unión Europea (UE) y Rusia firmaron ayer el protocolo sobre el mecanismo de supervisión del tránsito del gas ruso a través del gasoducto ucraniano sin sustracciones, lo que abre la vía para la reanudación, en los próximos días, del suministro de gas hacia los países europeos.

El primer ministro checo y presidente semestral de la UE, Mirek Topolanek, llegó al anochecer a Kiev procedente de Moscú para vencer las últimas reticencias de Ucrania y resolver esta crisis energética que ha dejado sin gas ni calefacción a millones de personas en Europa oriental y en los Balcanes desde hace cuatro días, en medio de una ola frío polar con los termómetros a 10 bajo cero.

TRES DIAS Una vez el Gobierno de Ucrania firme también el documento y los inspectores de la UE, Rusia y Ucrania se encuentren desplegados en las distintas estaciones de bombeo a lo largo de los gasoductos, el monopolio estatal ruso Gazprom reanudará el envío de gas hacia los países europeos. El gas, no obstante, necesitará tres días para alcanzar la frontera de la UE, según las estimaciones de Gazprom, de la compañía ucraniana Naftogaz y de la Comisión Europea.

Topolanek se mostró optimista antes de abandonar Moscú y dijo que "la firma del protocolo no debería plantear problemas en Ucrania". El primer ministro checo ya mantuvo el viernes una larga negociación en Kiev sobre el despliegue del equipo de inspectores para intentar convencer al Gobierno ucraniano que aceptara la presencia de técnicos rusos de Gazprom en su territorio a cambio de poder enviar técnicos ucranianos de Naftogaz a las instalaciones rusas.

A pesar del preacuerdo existente entre la UE y Rusia sobre el sistema de supervisión, la delegación europea aún tuvo que negociar ayer en Moscú durante cinco horas los detalles antes de obtener la firma del Gobierno ruso. Esto hace temer una nueva ronda de largas negociaciones con el Gobierno ucraniano antes de obtener también su firma.

Moscú acusa a Kiev de sustraer el gas destinado a los países europeos después de que Gazprom decidiera cortar el 1 de enero el suministro a Ucrania por el impago de las deudas y el desacuerdo sobre los precios del 2009. Posteriormente, interrumpió el suministro a través del gasoducto ucraniano hasta que no se desplegara un equipo de inspectores internacionales para vigilar que no se reproducían esas sustracciones. Kiev ha negado esas acusaciones y asegura que la responsabilidad de la crisis es de Rusia por haber reducido el volumen suministrado.

PRIMERA DENUNCIA La compañía gasista húngara Emfesz ha sido la primera en emprender acciones judiciales legales contra la ucraniana Naftogaz en los tribunales de Budapest y ante el Tribunal de Justicia de la UE en Luxemburgo por la interrupción del suministro de gas y la retención de gas de su propiedad en depósitos en Ucrania.

Con 18 países europeos afectados por la nueva guerra del gas, el coste de la crisis puede alcanzar varios miles de millones de euros por la paralización del proceso productivo y el recurso a fuentes alternativas. La patronal búlgara, por ejemplo, estima que el corte de suministro de gas está costando al país 250 millones de euros diarios.