El proyecto de ley que cambiará la Constitución italiana, devolviendo poder a las regiones, empezó ayer su andadura para ser aprobada en el Parlamento. Para el ministro de Reformas y líder del partido secesionista Liga Norte, Umberto Bossi, llegó ayer uno de los días que más esperaba desde que entró a formar parte del Gobierno: finalmente el Senado leía la ley que introducirá una reforma federalista en Italia.

Bossi, que había amenazado con dejar el Gobierno si la norma no llegaba al Senado antes de que acabara enero, declaró que el "comienzo ha sido óptimo". No obstante, el camino se prevé largo, visto que algunos miembros de la Cámara e incluso sus impulsores han comentado que el texto puede sufrir algunas modificaciones.