María del Carmen Núñez andaba ayer buscando información sobre cómo poder adoptar temporalmente a un niño huérfano haitiano. Tras leer la noticia en este periódico sobre esta posibilidad no se lo pensó y consultó a su marido, José Guerrero: "Adelante, sin problemas" le animó él. Este matrimonio cacereño, que regenta un bar en la calle Medicos Sorapán, ya tiene experiencia porque durante la guerra de los Balcanes acogió un mes a un niño bosnio con el que, por cierto, ha mantenido contacto después.

Y es que se dan dos circunstancias que para María del Carmen, de 62 años, son especiales. Una es que, por desgracia, "no conocí a mi madre", recuerda emocionada por este hecho; y la otra es que siempre ha trabajado en el cuidado de niños. Por ello, "si podemos acoger a dos hermanos, mejor, lo que haga falta", señala.

Este matrimonio tiene dos hijos. Su hija, de 30 años, vive con ellos, lo que facilitaría aún más, dice, esos cuidados. El problema en estos casos, apunta, es que "te encariñas y es difícil se después se lo llevan a otra familia en adopción".