La socialista francesa Ségol¨ne Royal, candidata potencial a la presidencia de Francia, ha provocado una viva polémica en el seno de la izquierda al reclamar mano dura para los jóvenes violentos de los suburbios que vuelven a estar en pie de guerra en algunos barrios depauperados. Hija de un oficial del Ejército, Royal siempre ha lamentado la supresión del servicio militar y sugiere la creación de un servicio social o humanitario para los jóvenes en un marco militar.

Significativamente, la candidata socialista preferida por los franceses, según los sondeos, aprovechó un desplazamiento a los suburbios parisinos con elevada población de origen magrebí y africano para preconizar que se retiren los subsidios familiares a las familias con hijos violentos. Para los jóvenes afectados propuso cursos de formación profesional bajo control militar.

La derecha acusó a Royal de querer captar el voto conservador. El ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, ironizó sobre el "apoyo de peso" recibido para "alcanzar un consenso en torno a una política que es la mía".

El primer ministro, Dominique de Villepin, señaló que Royal "avanza en la dirección en la que nosotros actuamos". Es una opinión que comparten sus colegas y rivales en el Partido Socialista, como Jean-Christophe Cambadélis, próximo de Dominique Strauss-Kahn, que calificó de "pequeño desliz" los propósitos de Royal. "A fuerza de correr detrás de Sarkozy no se le combate, sino que se le legitima", dijo Cambadélis. Los jóvenes socialistas fueron más duros, denunciando la deriva "derechista" de la candidata y su "demagogia".

Por otra parte, el exvicepresidente del gigante aeroespacial EADS, Jean-Louis Gergorin, una figura clave en el caso Clearstream (un complot para desacreditar a Sarkozy) ha reconocido haber enviado cinco correos anónimos al juez Renaud van Ruymbeke, encargado de la instrucción del proceso por la venta de unas fragatas a Taiwán, en 1991.