Tras relegar a un discreto segundo plano el inminente inicio de las conversaciones de paz en Oriente Próximo, la prensa israelí concedió ayer sus portadas a la ceremonia de Washington. En un reflejo de la desgana y el descreimiento que despierta el diálogo en la calle, los diarios hebreos le dedicaron titulares insípidos y cautelosos: "Comienza el camino", "Sobre un puente muy estrecho" o "Primera parte". Como suele ocurrir, solo a los oponentes del diálogo se les ha disparado la adrenalina. Asimismo, los colonos judíos y las milicias palestinas han empezado a tomar posiciones para arruinar la fiesta.

El jueves por la noche, los representantes de 13 facciones armadas en Gaza comparecieron ante los medios para anunciar su rechazo a las conversaciones de paz. También lo hicieron para mostrar su oposición a la nueva oleada de arrestos lanzada por la Autoridad Nacional Palestina contra Hamás en Cisjordania después del asesinato allí de cuatro colonos.

Los firmantes, desde Hamás a la Yihad Islámica pasando por el izquierdista Frente Popular, se comprometieron a lanzar conjuntamente ataques contra Israel y no descartaron el recurso de los atentados suicidas.

ASENTAMIENTOS ILEGALES Tampoco los colonos han descansado en este terreno. De hecho, sus cuadros han reanudado las obras en cerca de 80 asentamientos ilegales de la Cisjordania ocupada, a pesar de la moratoria impuesta por el Gobierno de Binyamin Netanyahu hasta el próximo 26 de enero.

Al frente del desacato de los colonos se encuentra el Consejo Yesha, su órgano de representación política extraparlamentaria. "Una vez entiendan que los israelís están aquí para quedarse --aseguró su director Naftalí Bennet refiriéndose a Cisjordania-- se darán por vencidos".

También se ha oído alguna voz prudente e, incluso, hasta optimista. Como la del presidente de Israel, Shimon Peres, que afirmó ayer que la reanudación de las conversaciones directas "han comenzado sorprendentemente bien, considerando el escepticismo reinante". Peres subrayó que el proceso de paz "ha tenido la adecuada preparación esta vez", aunque avisó de que ello no significa "que no vayan a haber dificultades, pero son dificultades que se pueden controlar porque las personas implicadas son serias".

De tono parecido son las recientes declaraciones de uno de los hombres fuertes de Hamás. Mahmud Zahar decía hace unos días que no tienen intención de provocar a Israel, como han hecho desde la guerra del 2009 hasta los atentados de principios de esta semana. Los analistas creen que no se arriesgarán a perder el control de Gaza con una oleada de atentados suicidas en Israel.

TORPEDEAR EL DEBATE Pero tienen otras formas de torpedear las conversaciones, que serán bisemanales y deberían culminar en el plazo de un año. En este sentido, les basta con atacar a los colonos en Cisjordania. Eso pondría a Netanyahu bajo una presión insufrible, dado el apoyo abrumador de su Gobierno a los colonos.

También los maximalistas del vecindario se pronunciaron ayer. El líder de Hizbulá, Hassan Nasrala, afirmó que "las negociaciones nacen muertas", mientras el ministro de Exteriores iraní, Manouchehr Mottaki, acusó a los líderes egipcio y jordano de "ponerse a las órdenes de América, traicionando a sus naciones" por participar en el desarrollo del proceso de paz.

Entre tanto, crece la estupefacción por la ausencia de la Unión Europea en el proceso de paz, donde solo está representada colateralmente en la figura de Tony Blair, el enviado especial del Cuarteto de Madrid.

INFLUENCIA POLITICA La jefa de su diplomacia, Catherine Ahston, se encontraba en China mientras se ponían en Washington las bases para las negociaciones. Se trata de un hecho poco serio para un organismo que aspira a aumentar su influencia política en el mundo y que es el principal pagador de la ANP. En este sentido, se cumple el deseo de Ariel Sharon, cuando dijo que "Europa está para pagar y no para influenciar".