El terrorismo islamista volvió a golpear ayer por la mañana en el corazón de Argelia. Al menos 67 personas murieron, según fuentes hospitalarias, y más de un centenar resultaron heridas en dos atentados con coche bomba perpetrados en Argel de forma casi simultánea. Uno de ellos alcanzó de lleno el edificio que alberga las oficinas de la ONU en la capital argelina. Cuatro empleados de la organización internacional perdieron la vida y otros 14 estaban desaparecidos. Se trata de la peor masacre perpetrada en el país desde la guerra civil de los años 90.

La primera explosión fue la más mortífera y se produjo cerca de la sede del Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, en el barrio de Ben Aknun. Un suicida estrelló un coche bomba contra un autobús lleno de estudiantes, que quedó destruido. El coche bomba, que mató también a un policía y dos guardias republicanos que vigilaban la sede judicial, acabó empotrado en un centro comercial. Decenas de personas seguían a última hora de ayer bajo los escombros.

NUEVO ESLABON Unos minutos después, otro coche bomba estalló en el elegante barrio de Hydra, en la zona alta de la ciudad, donde se ubican representaciones diplomáticas extranjeras. El estallido alcanzó el edificio de la ONU, que alberga las oficinas del Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Durante la guerra civil la zona de Hydra no fue nunca un objetivo, por lo que el atentado de ayer se interpreta como un nuevo eslabón en la escalada de terror de los islamistas. El Alto Comisario para los Refugiados, Antonio Guterres, no tenía "ninguna duda de que el objetivo era la ONU".

La organización Al Qaeda en el Magreb Islámico, antes conocido como Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), se atribuyó anoche la matanza. Este grupo ya había llevado a cabo ataques similares, aunque de menor magnitud, como el de Argel del 11 de abril, que dejó 33 muertos y más de 200 heridos.

A nadie le pasó desapercibido el hecho de que esta nueva matanza ocurriera en un día 11, fecha que, después de los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York, parece haberse convertido en emblemática para los islamistas. Varios atentados posteriores, incluido el 11-M en Madrid, han sido en día 11. El Ministerio del Interior argelino cifró el número de víctimas de ayer en 26 muertos y 177 heridos, aunque subrayó que este saldo era provisional. Pero las fuentes hospitalarias señalaron que al menos había 67 muertos.

La ciudad quedó conmocionada. Las principales avenidas quedaron semidesiertas. El primer ministro, Abdelaziz Belkhadem, anuló una reunión del Gobierno para ir a visitar a los heridos.

CONDENAS Los mensajes de condena internacional se multiplicaron. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la expresó "en los términos más enérgicos" y subrayó que trabajaba con las autoridades locales para averiguar la suerte de los empleados desaparecidos. La Casa Blanca calificó a los autores del atentado de "enemigos de la humanidad que atacan a los inocentes".