Las fuerzas que llevaron a cabo en Ucrania la llamada revolución naranja del 2004 formaron ayer una coalición mayoritaria en la nueva Rada Suprema (Parlamento), elegida el 26 de marzo. Este matrimonio de conveniencia entre Nuestra Ucrania, el bloque del presidente, Víktor Yúschenko, el Bloque de Yulia Timoshenko y el Partido Socialista de Ucrania permite a las tres formaciones políticas prooccidentales formar el Ejecutivo, y les garantiza el control de la Rada.

Según el acuerdo, los aliados tendrían 239 de los 450 escaños, una ajustada mayoría que podría causar problemas en votaciones decisivas que requieren la aprobación de dos tercios de los diputados. El Partido de las Regiones del líder prorruso Víktor Yanúkovich, con 186 escaños, ejercerá de oposición política.

Timoshenko, la extravagante primera dama de la revolución naranja, se erigió como la principal triunfadora del acuerdo, que establece que ella será la primera ministra. Además, su partido ha ganado las carteras clave de Economía y Energía. "Hemos ganado democracia para Ucrania. La creación de la coalición moverá al país hacia la Unión Europea", dijo. La presidencia de la Rada quedará en manos de Yuri Yejanúrov, exprimer ministro y jefe del Grupo Parlamentario de Nuestra Ucrania. Al partido presidencial también le corresponde la primera vicepresidencia y los ministerios de Defensa, Interior y Justicia. Los socialistas tendrán Transporte y Educación, y propondrán una candidatura al puesto del vicepresidente de la Rada. Yúschenko nombrará al ministro de Exteriores.

La firma del acuerdo, que puso fin a dos meses de intensos regateos, fue anunciada casi al término del plazo que tiene la Rada para elegir a su presidente y nombrar al primer ministro, que vencía el próximo 25.

Para evitar la disolución del Parlamento, obligatoria si los diputados no se ponen de acuerdo en 60 días, Yúschenko se vio obligado a intervenir para recordar a los socialistas que el reparto de cargos debe hacerse según el resultado electoral.