El imperfecto sistema electoral ruso ofrece a los electores posibilidades ignotas en las avanzadas democracias occidentales. Los rusos pueden poner una cruz junto a una casilla que, en lugar de un candidato o un partido, estipula que el elector vota "contra todos". Si triunfa esta opción, las elecciones deben repetirse y ningún candidato puede volver a presentarse.

En esta ocasión, --manipulaciones incluidas-- nada menos que cuatro de las 225 circunscripciones registraron un triunfo provisional del "contra todos". Todo un termómetro del verdadero estado de ánimo en la Casa Rusia.

*Periodista.