Tres atentados en cadena causaron al menos 43 muertos ayer en Bagdad y sembraron el caos y el pánico en el centro de la capital iraquí, donde no se veía un ataque tan mortífero desde hace más de un mes.

Los terroristas emplearon tres coches bomba: dos explotaron en una estación de autobuses y el tercero en el hospital donde estaban siendo trasladadas las víctimas de los primeros atentados. Les bastó menos de media hora para recordar a los bagdadís que la guerra no se libra sólo en provincias.

"Hay 43 muertos, 76 heridos y 22 vehículos afectados, 19 de civiles y 3 de la policía", informó el Ministerio de Interior iraquí, precisando que las cifras de víctimas corresponden a las que han sido suministradas por los centros hospitalarios.

La primera explosión tuvo lugar minutos antes de las ocho de la mañana en la entrada de la estación de autobuses de Nahda, donde estacionan los taxis y autobuses que viajan hacia las provincias shiís al sur de Bagdad. La segunda, 10 minutos después, en el interior de la estación. Un testigo relató que la explosión destruyó totalmente un autobús que se disponía a partir hacia Basora y que la mayoría de sus ocupantes murieron.

Los terroristas sabían que las víctimas serían trasladadas al hospital Kindi y allí perpetraron el tercer atentado. El último coche bomba estalló a unos 15 metros de la entrada de urgencias del centro hospitalario, en un lugar poblado de árboles donde los familiares de los heridos acostumbran a esperar noticias de sus seres queridos. "Estaba en el hospital para informarme del estado de nuestros heridos cuando una enorme deflagración sacudió el edificio", relató un agente de policía. Las autoridades decidieron entonces despejar el lugar y dispersar a los curiosos con disparos al aire por temor a la presencia de un kamikaze.

Pocas horas después de los atentados, la televisión pública anunció la detención de cuatro sospechosos.

PENA DE MUERTE En plena discusión sobre la nueva Constitución iraquí, la ofensiva de insurgentes y terroristas sigue afectando a las tropas de EEUU. El mando del Ejército estadounidense informó ayer de que cuatro soldados han muerto en los últimos dos días.

Mientras, el Gobierno iraquí aprobó ayer las primeras ejecuciones desde la caída del régimen de Sadam Husein. Las víctimas son tres integrantes de la organización islamista Ansar al Suna que han sido condenados por asesinato y serán ahorcados en los próximos días.