Después de semanas de rumores sobre una ofensiva inminente de los talibanes, la OTAN y el Ejército afgano emprendieron ayer una operación a gran escala en la conflictiva provincia de Helmand, en el sur del país. Hasta 4.500 militares de la Alianza y cerca de 1.000 soldados afganos participarán en la denominada operación Aquiles, la mayor ofensiva conjunta desde el 2001, con el objetivo de "mejorar la seguridad en las zonas en las que talibanes, narcotraficantes y otros elementos intentan desestabilizar al Gobierno de Afganistán", según una nota oficial. Unas 450 personas han muerto en enfrentamientos en lo que va de año en Helmand.