La esperanza ha durado poco en Gaza y la sucesión de actos violentos --muerte de activistas de la Yihad en Cisjordania, lanzamiento de obuses contra Israel, parada militar con un final trágico de autoría incierta, raids de la aviación israelí-- amenaza el pacto entre Hamás y la ANP, y con una dura respuesta de Sharon, cuestionado por su propio partido.

Era previsible, porque la desconexión de Gaza no resuelve el conflicto, ya que deja la franja en manos del Ejército de Israel y no fija un calendario para poner fin a la ocupación de Cisjordania y Jerusalén Este.

Urge más que nunca la implicación de la comunidad internacional para retomar un proceso de paz bilateral que aboque a la creación de un Estado palestino según las fronteras de 1967 y garantice la seguridad de israelís y palestinos.

Pero Bush, criticado por su inhibición en el desastre del Katrina, está pendiente del huracán Rita, y la UE "no sabe, no contesta" mientras no haya nuevo canciller alemán.

*Catedrático de Historia.