Los saqueos de comercios y disturbios iniciados en la ciudad argentina de Córdoba hace una semana se han extendido ya por gran parte del país y han causado la muerte de ocho personas, en medio de protestas de policías en demanda de aumento salarial.

Hoy, numerosos negocios de Resistencia, la capital provincial del Chaco (norte) amanecieron con sus escaparates rotos, estanterías vacías y suelos cubiertos de mercancías tiradas, tras ser arrasados durante saqueos colectivos en los que fallecieron dos personas, entre ellas un subcomisario de policía, informó hoy el gobernador chaquense, Juan Carlos Bacileff Ivanoff.

Bacileff aseguró que otras dos víctimas contabilizadas por medios de comunicación no tenían relación directa con los robos.

La escena se repitió también en las provincias norteñas de Tucumán, donde se registraron otras dos víctimas fatales, y en Jujuy, con un fallecido.

El auge de los saqueos y el conflicto policial han empañado el trigésimo aniversario de democracia ininterrumpida en Argentina, que se celebra hoy, y líderes opositores pidieron suspender los festejos públicos de esta tarde.

En un comunicado, el diputado opositor Ricardo Alfonsín, hijo del fallecido expresidente Raúl Alfonsín, propuso "ante la gravedad de la situación", dejar los actos conmemorativos "para una mejor ocasión".

"Hoy festejamos algo que deberíamos haber postergado por respeto a lo que está pasando en el país", se sumó también el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, conservador.

Entretanto, policías de hasta 17 provincias se han acuartelado en los últimos días, animados por el alza salarial obtenida por sus compañeros de Córdoba.

Allí, en medio de una fuerte conmoción social por saqueos que dejaron un muerto, unos 200 heridos y más de un centenar de detenidos, las autoridades cordobesas elevaron el sueldo básico de los agentes a 8.000 pesos (1.280 dólares).

Otras provincias con uniformados en huelga han pactado también subidas salariales de hasta el 50 por ciento para que los policías regresen a las calles, como Buenos Aires, Catamarca, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro y Chubut, entre otras.

La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) llamó hoy a "deponer actitudes que comprometen la seguridad y la paz social" y señaló que "no hay que negar los problemas sino asumirlos y encaminarlos a través de un diálogo sincero y constructivo".

El titular de la CEA, José María Arancedo, lamentó que "el largo conflicto policial ha creado situaciones de orfandad ciudadana que no se compadecen con el espíritu y profesionalismo tradicional de la fuerza de seguridad".

La oleada de saqueos ha generado un clima de psicosis colectiva entre los comerciantes, algunos de los cuales se han armado y otros se plantean echar las persianas durante las fiestas navideñas para evitar robos.

El jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich, aseguró hoy que "el pueblo quiere paz y armonía" y afirmó que las protestas policiales superan "cualquier límite previsible y merecen el repudio de todos".

El ministro de Justicia, Julio Alak, dijo que los robos están organizados y advirtió que la Justicia "actuará con toda firmeza" ante los saqueadores y ante "quienes deben brindar un servicio público esencial, como lo es el de la seguridad, y no lo están cumpliendo en este momento".

Mientras la Justicia investiga, el gobernador de Córdoba, Juan Manuel de la Sota, relevó este lunes a la cúpula policial y aceptó la renuncia de la ministra regional de Seguridad, Alejandra Monteoliva, en respuesta a las protestas.

Los saqueos, que en general se repiten en Argentina cada diciembre desde 2001, comenzaron el año pasado en la turística ciudad sureña de Bariloche y se extendieron a otras cinco ciudades con un resultado de dos muertos y decenas de heridos.