Una vez que un candidato presidencial se asegura la nominación de su partido, arranca una etapa de campaña en la que las posiciones se moderan en busca del voto indeciso. Pero cuando quien protagoniza ese giro a la moderación es Barack Obama, se ha desatado una torrencial tormenta de críticas. El movimiento se observó, por ejemplo, cuando Obama aplaudió la decisión del Supremo de derogar la ley más restrictiva con la posesión de armas. También ha tenido dificultad para explicar una declaración en la que desapareció la contundencia previa que hablaba de una retirada de Irak. Y votó una ley que da inmunidad a las telefónicas que colaboraron en el espionaje tras el 11-S.

La indignación con el giro conservador se siente, más que nada, entre las bases demócratas más progresistas, y su eco resuena con fuerza en internet. Por ejemplo, 23.281 internautas mantienen un grupo en la propia web de Obama que empieza a convertirse en una plataforma donde late la frustración. También en algunos de los blogs más progresistas se percibe el enfado. Por ejemplo Markos Moulitsas, fundador de Daily Kos , ha suspendido sus donaciones a Obama por su voto a favor de la ley de espionaje. Obama se defiende asegurando que no se puede "estar de acuerdo al 100%".