El Gobierno español pidió ayer a los Veintisiete que no reduzcan ni un ápice el "ambicioso" plan contra el cambio climático a pesar de la crisis económica, de las presiones de los países del Este --cuyos patrones energéticos son los más contaminantes-- y de los lobis empresariales. Francia, que ocupa la presidencia de la UE, llevó ayer al Consejo Europeo un plan que suaviza el coste para la industria y da tiempo a los sectores afectados para empezar el proceso.

El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió la necesidad de que los Veintisiete logren un acuerdo en la lucha contra el cambio climático que no reduzca los objetivos que se quieren alcanzar en el 2020 (con la reducción de las emisiones de gases en un 20%), respete "la equidad en el reparto de esfuerzo" entre los miembros y sea "solidario" con los países pobres.

El plan establece que los sectores más contaminantes empiecen a pagar por los permisos de emisión de dióxido de carbono, que hasta ahora recibían gratis. Qué empresas tendrán que pagar, a partir de cuándo, cómo compensar a los países que más esfuerzo harán y qué hacer con ese dinero extraordinario eran algunos de los puntos que anoche discutían los mandatarios con un documento de la presidencia francesa, que rebaja el proyecto inicial.