España no aumentará sus tropas en Afganistán. Tampoco apoyará operaciones militares fuera de su zona asignada, salvo en casos de emergencia y con la autorización previa del mando militar en Madrid. Con esta declaración de principios, José Luis Rodríguez Zapatero se plantó anoche ante George Bush, que había reclamado a los aliados más recursos y mayor "flexibilidad" en el conflicto afgano.

El ministro de Defensa español, José Antonio Alonso, avanzó a la prensa la posición del presidente del Gobierno y la explicó en términos más políticos que operativos. Tras recalcar el compromiso de España con el diálogo para la solución de conflictos y abogar por un mayor protagonismo europeo en la OTAN, Alonso expresó el rechazo a cualquier cambio en las reglas de la ISAF, la misión de la Alianza bajo paraguas de la ONU.

El ministro afirmó que los 700 militares españoles seguirán con sus tareas de "reconstrucción civil" en el oeste del país. Y solo se autorizará su desplazamiento a otras regiones en caso de urgencia, pero no para apoyar acciones militares. M. S.