El atletismo español llegó con el pecho hinchado a Pekín y se irá con las orejas gachas. A falta del maratón masculino, que cerraba el programa olímpica esta pasada madrugada, el balance era claramente paupérrimo, muy lejos de las eufóricas declaraciones prepartido del presidente federativo, José María Odriozola, que tan mal sentaron en el seno del equipo, al considerar que les añadía presión suplementaria de una manera innecesaria.

Por primera vez desde los Juegos de Barcelona (1992), España se despidió sin ninguna medalla en unos Juegos, y sin materializar las "de 12 a 14 opciones de podio" que había vaticinado Odriozola. El atletismo español se ha estancado en el total de 11 medallas (desde 1980, la primera, hasta el 2004, la última) y presenta un cuadro crítico con vistas, sobre todo, a los Campeonatos de Europa que se van a celebrar en el Estadi Olímpic Lluís Companys de Montjuïc en verano del 2010.

ESPAÑA, ULTIMO Las actuaciones de ayer de Ruth Beitia (altura), Natalia Rodríguez (1.500 y Jesús España y Alemayehu Bezabeh (5.000) no contribuyeron a cambiar las cosas. Al contrario. Las siguieron situando en la habitual banda cromática gris. La saltadora cántabra fue séptima con 1,96 metros, muy lejos de su récord de España de 2,02; la mediofondista de Tarragona acabó sexta en una carrera de 1.500 muy abierta por la reciente sanción por dopaje de varias rusas de primer nivel; y España, actual campeón de Europa, acabó último y desfondado en la final de 5.000 en la que el etíope Kenenisa Bekele se exhibió conquistando su tercer oro olímpico, y segundo en Pekín. Bezabeh, etíope nacionalizado español, terminó tres puestos por delante de Jesús España.

Las cosas comenzaron mal para España --el país-- desde el primer día, con el séptimo puesto del marchador Paquillo Fernández, el valor más seguro del equipo."Cuando vi que Paquillo quedaba séptimo y Manolo Martínez estaba fuera de la final de peso, ya vi que aquí sería muy difícil conseguir alguna medalla", aseguró el viernes Jesús Angel García Bragado, con 38 años y cinco Juegos a las espaldas, uno de los más críticos con el presidente de la federación. "Lo que tiene que hacer, en vez de hacer quinielas, es trabajar en silencio y dejar trabajar a los atletas", advirtió Bragado, que a la postre ha sido el mejor clasificado.

UN CUARTO PUESTO El cuarto puesto de Bragado en los 50 kilómetros marcha, sin opciones de bronce (quedó a cuatro minutos), ha sido lo mejor en Pekín. Quintos fueron un poco ambicioso Juan Carlos Higuero en 1.500, la luchadora María Vasco en los 20 kilómetros marcha (acabó lesionada) y el discóbolo nacionalizado Frank Casañas, que apartó de los tres tiros de mejora a Mario Pestano, otro de las decepciones en el Estadio Nacional, el ya famoso Nido.

Natalia Rodríguez, ayer, y Beatriz Pascual (marcha) acabaron sextas; séptimos fueron Paquillo, el saltador de longitud hispanocubano Luis Felipe Méliz y Beitia; y octavos, Iris Fuentes-Pila (ayer en 1.500) y el vallista Jackson Quiñónez. En total, 11 finales (ocho primeros), muy cerca de la quiniela de Odriozola, pero ni una medalla.