Todo lo que no sean dos medallas en las dos competiciones olímpicas de la natación sincronizada supondrá una sorpresa descomunal en los pronósticos y, sobre todo, un mazazo para las chicas de Anna Tarrés, que se encuentran más seguras que nunca de sus fuerzas. "Si somos realistas, lo que nos corresponde son dos medallas de plata. Solo si las rusas fallan, tenemos alguna opción de ganar el oro", afirmó ayer con notables dosis de realismo la seleccionadora. Tarrés ha conseguido reunir un grupo único de nadadoras, encabezado por Gemma Mengual, para sacar de la nada en España una especialidad como la sincronizada y situarla en la élite mundial.

Durante la última semana, el equipo ha estado concentrado en Shanghái para aislarse de la tensión. También para evitar los problemas a la hora de conseguir horas de entrenamiento en la piscina del Cubo. Pero ayer, una vez instaladas en la Villa Olímpica, reconocían que están ansiosas por entrar en escena, ya que se trasladaron a China en la primera expedición del COI, el día 30 de julio, y ya empieza a pesarles el viaje. "Tenemos ganas de empezar ya. Llevamos todo el año esperando que llegue la competición. Las coreografías están muy bien preparadas y si podemos ejecutarlas de la forma correcta, tenemos muchas opciones de subir al podio", resumió de esta forma Gemma Mengual el sentir general del equipo.

Para Mengual, de 31 años, estos Juegos suponen la culminación a una carrera sobresaliente, jalonada con medallas en Europeos y Mundiales. Solo tiene un lunar negro: el cuarto puesto en los Juegos de Atenas, donde soñaba con el podio. Ahora, Mengual sabe que tiene ante sí la oportunidad de sacarse la espina. "Es la única medalla que nos falta y tiene un valor muy especial, no tiene nada que ver con las que hemos ganado hasta ahora", afirma.

A Mengual le corresponderá abrir la competición de la sincro femenina en los ejercicios técnicos del dúo junto a su nueva compañera, Andrea Fuentes. EEUU, Japón y China son otras grandes rivales.