A una isla del Caribe he tenido que emigrar y trabajar de camarero, lejos, lejos de mi hogar". Con este estribillo de una canción de Siniestro Total comenzó ayer en A Coruña una manifestación multitudinaria, en la que participaron más de 100.000 personas, cifra récord para una ciudad de poco más de 200.000 habitantes. Casi tres meses después del inicio de la crisis del Prestige, la sociedad gallega sigue pidiendo en la calle dimisiones y soluciones.

El mensaje de la manifestación quedaba resumido en el lema de la convocatoria "Salvemos el mar o sólo nos queda la maleta". Los organizadores instaron a los ciudadanos a que llevasen maletas ficticias para recordar que, tradicionalmente, los gallegos responden a los problemas haciendo las Américas.

La concentración finalizó en la dársena del puerto coruñés, desde la que antiguamente partían los barcos cargados de emigrantes. Allí se depositaron las miles de maletas formando las palabras "nunca máis".

"QUE EMIGREN ELLOS"

Pero las maletas de ayer no eran para los ciudadanos. Eran para los políticos responsables de la crisis. "Que emigren ellos", gritaban a coro los manifestantes.

La marcha partió al mediodía de la cofradía de pescadores de A Coruña encabezada por la cantante Mercedes Peón y el grupo Los Kilomberos de Monte Algo, que a ritmo de tambor interpretaron el éxito de este invierno: "In-com-pe-ten-cia". "Yo vengo de una generación de emigrantes que se fueron de Galicia a Buenos Aires", confesaba uno de los Kilomberos.

Entre las decenas de miles de personas que compartían su pensamiento había caras conocidas como la del líder de IU, Gaspar Llamazares, el jefe de la oposición gallega, Xosé Manuel Beiras y un gran número de artistas y escritores. No estaba el cabeza de lista del PSdeG, Emilio Pérez Touriño, por problemas familiares, pero sí asistieron varios miembros del Partido Socialista municipal.

También fue significativa la numerosa presencia de marineros afectados llegados desde toda Galicia.

La manifestación finalizó en la plaza de María Pita, donde la estatua de la heroína coruñesa lucía una bandera reivindicativa. Allí intervinieron personalidades de la cultura gallega que coincidieron en criticar el "escaso" talante democrático de José María Aznar, la incompetencia de su Gobierno y el ejercicio de "libertad y dignidad" que suponen estas movilizaciones.