Conseguir una Mérida más accesible. Este es el tema de la quinta edición de ‘Un café para compartir’, una iniciativa que organiza la Plataforma del Voluntariado de Mérida (PVM) con el objetivo de crear un espacio dedicado al voluntariado y a las entidades sociales en el que intercambiar experiencias, resolver dudas y exponer inquietudes. La cita será el próximo miércoles, a las 17.00 horas, en el centro de mayores Reyes Huertas de la ciudad, y dispondrá de bucle magnético para las personas con discapacidad auditiva. A través de esta actividad se pretende hacer visibles las barreras físicas, sensoriales e intelectuales que existen en Mérida, así como establecer canales de comunicación y colaboración con el ayuntamiento para trabajar en su detección y eliminación.

Este encuentro dará continuidad al que se celebró el pasado mes de octubre, con unos 50 participantes, y en el que personas asociadas y voluntarias de la ONCE, de la Asociación de Discapacitados Auditivos (ADABA) y de la Asociación de Familiares y Amigos de Personas con Discapacidad del Centro Ocupacional La Encina (AFADISCOP) trasladaron sus experiencias personales para que los asistentes entendieran mejor cómo es su día a día y cómo podría ser si la Ley de Accesibilidad se cumpliera. La presidenta de la plataforma, Marisol Pérez, explica que también se habló de «cómo una persona que es voluntaria se enfrenta a estas personas que tienen diferentes discapacidades».

En la pasada reunión se pusieron «deberes» para estos tres meses consistentes en recopilar imágenes y ejemplos de accesibilidad que son positivos en la ciudad, así como las barreras a eliminar, tanto por los servicios municipales como desde la propia educación ciudadana. Pérez pone ejemplo de algunas cuestiones que se van a tratar, como «la existencia o no de rampas, de puntos de atención para sordos o si están bien señalizadas las zonas para que una persona con deficiencia intelectual pueda entender las señalizaciones». A su juicio, Mérida tiene en la actualidad problemáticas de movilidad: «Hay aceras muy pequeñas y no entiendo por qué cuando se construyen barrios nuevos siguen siendo las calles y las aceras estrechas». En esta línea, destaca que los autobuses no tienen la información de las paradas por escrito en las pantallas, además de considerar que todos los centros públicos deberían de contar con bucles magnéticos. «Hay que atender de igual modo a las discapacidades sensoriales o intelectuales», apunta.

En este sentido, la presidenta sostiene que las cuestiones de accesibilidad no atañen solo al ayuntamiento, sino que también tienen que ver con la concienciación ciudadana. «Hay un problema de conciencia ciudadana, como pasa con las terrazas de los bares que ocupan las aceras o los setos de los chalets que ocupan la mitad de las aceras, por poner algún ejemplo», puntualiza Pérez. «Hay mucho todavía por mejorar y entendemos que es una responsabilidad de todos, no solo del ayuntamiento», subraya.

Aplicación móvil

En el transcurso del café que tendrá lugar el miércoles, la Asociación de Esclerosis Múltiple de Extremadura (EMEX) dará a conocer a los asistentes un proyecto piloto para inventariar lugares inaccesibles a través de una aplicación móvil llamada NOVISIG. En concreto, se trata de un sistema de información geográfica desarrollado por una empresa extremeña, fácil de configurar y de utilizar por las personas con discapacidad, que facilitaría al ayuntamiento gestionar la accesibilidad de la ciudad, planificar sus actuaciones y realizar un seguimiento de las mismas. «Los datos recopilados irían directamente al ayuntamiento, de tal manera que se crearía un sistema para mejorar Mérida en movilidad y hacerla más accesible», apunta. Como el alcalde asistirá a la reunión, Pérez espera que este muestre su apoyo para que la ciudad colabore con el proyecto.