La sequía se está dejando notar en las presas de Mérida y su entorno, que en el último año --desde noviembre del 2004 a la fecha actual-- han perdido entre el 20 y el 45% de agua embalsada. En la actualidad, según los datos de esta semana de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), el embalse de Alange --del que se abastece Mérida-- está al 62,3% de su capacidad máxima, con 530,4 hectómetros cúbicos, cuando hace justo un año tenía 646 hectómetros cúbicos de agua embalsada y estaba al 75,8% de su capacidad. Proserpina también ha perdido cerca del 20% en el último año, mientras que Cornalvo tenía al día de ayer un 45% menos de agua que en noviembre pasado.

Además, las últimas lluvias caídas apenas han servido para mejorar la situación, si bien el abastecimiento para la ciudad está garantizado. La principal preocupación es el estado de la presa de Alange, que no ha dejado de perder volumen de agua embalsada desde el año 2003. En este sentido, en el año hidrológico 2003-2004 llegó a tener 718,6 hectómetros cúbicos de agua (la capacidad máxima es de 851), mientras que ahora se encuentra con 530.

Este recorte se repite en los otros dos embalses. Así, el de Proserpina ha pasado de los 4,4 hectómetros cúbicos de agua embalsados en el 2003 a los 3,4 de esta semana, mientras que Cornalvo ha pasado de 3,07 a 1,2 en este mismo período. Al fecha de hoy, según la CHG, ambas presas están al 68 y al 37% de su capacidad, respectivamente.