La vida a través de un objetivo. El fotógrafo Ceferino López tiene en su haber una dilatada trayectoria en el mundo de la fotografía, que le ha llevado a mostrar sus trabajos en una docena de exposiciones individuales y en 20 colectivas. En la actualidad, el centro cultural Santo Domingo exhibe su último proyecto ‘Ciudad incierta’, un recorrido a través de 115 fotografías sobre la Mérida más desconocida, por lo cotidiano, que busca situar al espectador en el territorio exacto que habita, animándole a reflexionar sobre el estado de las cosas.

-¿Cómo recuerda el inicio de su afición por la fotografía?

-Recuerdo siempre la ilusión de esperar al cartero para ver las revistas y publicaciones a color que tanto me llamaban la atención. Creo que del mundo de la imagen partió mi relación con la fotografía, que al final fue la herramienta que me permitía hacer cosas con esa visión del color y de todo ese mundo de la imagen.

-¿Cuál fue su primera cámara?

-Mi primera cámara fue una de estas que regalaban con el chocolate y, aunque no era muy buena, me hizo mucha ilusión y empecé a hacer cosas con ella. Lo primero que fotografiaba era a la familia y a los amigos. Hasta que no tuve 16 o 17 años no empecé a practicar la fotografía ya con otra mirada, porque la formación fue aumentando y vi que la fotografía era un camino con el que podía expresarme. He sido una persona muy inquieta, porque empecé con la fotografía, pero con el tiempo me metí también en el diseño gráfico y de las páginas web.

-¿Cómo han sido sus trabajos?

-La formación visual que tuve fundamentalmente fue pictórica, porque cuando empecé no había revistas especializadas de fotografía y los libros que encontraba eran de pintura, por lo que me acercaba a través de ellos a mirar las imágenes, a ver la composición y apreciar el color. He tenido mucha predilección siempre por intervenir en la fotografía de manera pictórica sobre el soporte, ya luego la era digital me facilitó esa intervención tremendamente.

-¿En qué consiste su último proyecto ‘Ciudad incierta’?

-Este trabajo es un comienzo de empezar a mirar simplemente con los ojos, sin intervenir para nada. La idea es que la foto salga ya hecha desde los ojos y la cámara sea solo un intermediario. Quien visite la exposición va a encontrar una visión de Mérida un tanto inédita, no porque no la veamos, sino precisamente porque la vemos todos los días estamos ciegos a esa realidad a base de edificios, mobiliario urbano, señalética... Las ciudades se están convirtiendo en escenografías y tenemos metida en la cabeza una imagen falsa de la ciudad en la que vivimos.

-¿Cualquiera puede hacer una buena fotografía?

-Fotografías buenas las puede hacer cualquiera, pero tienes que tener algo que decir. Un buen fotógrafo tiene que tener un concepto de la vida, porque para poder mirar la realidad tienes que entenderla y eso solo te lo da la experiencia. Tienes que tener ganas de contar y atreverte a ello.

-¿Cómo está el sector?

-El sector profesional ha perdido un poco con los años, pero no ya por la avalancha de fotógrafos, de cámaras y de facilidades para hacer la fotografía, creo que se ha perdido sobre todo por la falta del nivel de exigencia que tienen los medios de comunicación y los clientes sobre la fotografía, ya que se apañan con cualquier cosa. Ahora no se le da el valor necesario a la fotografía. La falta de exigencia sobre la imagen ha hecho caer a muchísimos profesionales. A la imagen no se le da la importancia que tenía, por ejemplo, en tiempos de la revista Life que la imagen era potente y el principal reclamo de la publicación.

-¿Tiene algún proyecto en mente?

-Tengo pensado un proyecto sobre la libertad vigilada, que puede ser difícil pero satisfactorio.