El alcalde de Mérida Pedro Acedo disfrutó de lo lindo el pasado viernes al inaugurar la obra del encauzamiento y embellecimiento del río Albarregas que, dicho sea, la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) ha hecho una labor magnífica y de un lugar intransitable y peligroso en las crecidas lo ha convertido en uno de los espacios más bellos de la ciudad, con una arboleda y miles de metros cuadrados de césped. Todo a su paso por el puente romano del Albarregas, el acueducto de Los Milagros y el acueducto de San Lázaro. Todo un reto que ha propiciado la confederación y ha entregado al ayuntamiento para su conservación y mantenimiento.

Pero el alcalde le lanzó un guante al presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, José Ignacio Sánchez, para pedir con urgencia el ensanchamiento de la carretera de Proserpina, que actualmente es un peligro. Una carretera que forma parte de la Vía de la Plata y que miles de peregrinos la toman para seguir hasta Santiago. Además, es el único camino para llegar al lago de Proserpina, que miles de emeritense utilizan, principalmente en esta época estival, y donde muchos ciudadanos ya tienen en este lugar su primera vivienda.

Queda mucho camino por recorrer y aquí hay que ir unidos y de la mano: Junta de Extremadura, confederación y ayuntamiento. Son los tres organismos oficiales que tienen responsabilidades en el lago. La cuenca y el agua es de la CHG; la salubridad del agua, de la Junta; y la zona urbana, con más de medio millar de viviendas, del ayuntamiento. Mérida es imparable y seguirá logrando objetivos si se hace justicia con la capital.