Más allá de las demandas habituales de limpieza, mantenimiento y decoro público de cualquier barriada, la asociación de vecinos de Los Bodegones reconoce que el gran problema de la zona es otro: la escasez de plazas escolares públicas. La construcción de un segundo colegio es ya una reivindicación histórica para esta barrio de apenas 20 años de vida ya que cada curso, la demanda supera ampliamente la oferta del único colegio público, el Octavio Augusto. De hecho este año, según datos de la Consejería de Educación, serán 15 los niños de tres años que tendrán que ser reubicados en otros centros cercanos. "Los padres llevan ya movilizándose 17 años. Había proyectado un colegio en la Avenida Lusitania que no se llegó a construir y ahora se plantea otro en Nuevo Bodegones, pero no sabemos cuándo se ejecutará", explica Juan Pacheco, presidente del colectivo vecinal.

Pese al incidente con la pareja que fabricaba billetes falsos, Pacheco afirma que Bodegones es un barrio tranquilo y seguro, si bien es cierto que poco tiempo atrás hubo un intenso movimiento vecinal en contra de la proliferación de locales de hostelería. Aunque destaca que la barriada cuenta con todos los servicios básicos como autobús urbano, tiendas, bancos, supermercados y guarderías, la falta de limpieza, el poco mantenimiento y la dejadez del ayuntamiento copan las quejas vecinales de los últimos meses. "Faltan papeleras, hay farolas rotas desde hace años, no se realizan baldeos con frecuencia y hay un gran número de solares sin identificar ni vallar que hacen que la vegetación prolifere entre las viviendas, al lado de la guardería infantil y la residencia de ancianos o incluso frente a unos depósitos de gas", dice. Entre ellos destaca uno que el alcalde, Pedro Acedo, cedió en su anterior etapa de Gobierno al Obispado para la construcción de una iglesia.

El mal estado del acerado, el desgaste de las marcas de tráfico en la calzada y la gran cantidad de excrementos de perros son otras de sus quejas, aunque reconoce que este último aspecto es culpa de la falta de concienciación ciudadana. También echa en falta más vigilancia policial --denuncia que los coches circulan con frecuencia por encima de la velocidad máxima permitida-- y que se aplique, al igual que en otras zonas de la ciudad, una normativa sobre terrazas y veladores que contribuya a mejorar la imagen de la barriada. "Pagamos los mismos impuestos que los vecinos de otras zonas y tenemos derecho a tener los mismos servicios y en las mismas condiciones", apunta Pacheco, que también pide un local social en el que desarrollar actividades.