El programa de inclusión social de Cáritas ha prestado atención este año a un total de 344 usuarios en el centro Padre Cristóbal. Esta cifra, que supone un incremento del 10% en relación al 2014, rompe con la tendencia a la baja de años anteriores, cuando se registraron menos usuarios debido a que las estancias eran cada vez más largas. Según los datos facilitados por Cáritas, las personas que han recibido atención son en su mayoría hombres, 299 frente a 45 mujeres. Además, del total de usuarios actuales del centro, 95 son extranjeros. En cuanto a la edad, la mayor parte tienen entre 45 y 65 años (164 de los 344), aunque también hay residentes entre los 24 y los 44 años (148 en total). Este año, por el centro de la calle Carderos han pasado además 16 jóvenes de entre 18 y 24 años.

El programa de inclusión social de Cáritas no solo presta alojamiento y comida a personas con dificultades, sino que les ofrece una ayuda para poder llevar a cabo un proyecto de vida. De hecho, las personas que acuden al centro Padre Cristóbal requieren de un proceso de recuperación más continuado en el tiempo y su situación no siempre obedece a problemas económicos.

Así, en la casa de acogida prestan ayuda a personas sin techo, drogodependientes (incluidos alcoholismo y ludopatía), afectados por enfermedad mental (en muchos casos sin diagnosticar) personas con medidas judiciales o privadas de libertad, inmigrantes, víctimas de violencia de género o desestructuración familiar. El programa pretende ofrecer una atención integral a cada persona en función de sus dificultades, con intervención específica en cada caso. Además, en el centro Padre Cristóbal también puede prestarse un apoyo temporal ante situaciones sobrevenidas (como ausencia de vivienda o recursos económicos bajos o inexistentes) con atención puntual a las necesidades básicas de alojamiento, comida, aseo e higiene.