Un conductor de 35 años resultó ayer ileso tras precipitarse al vacío desde el puente Nuevo al río Guadianilla, desde una altura de casi 30 metros.

El suceso ocurrió a las 7.50 de la mañana, cuando dos vehículos que iban por el puente Nuevo en dirección Sevilla realizaron una maniobra brusca, que provocó que otro automóvil que iba en paralelo a ellos frenara e intentara esquivarles invadiendo el carril contrario. En ese momento, venía otro vehículo en dirección hacia la ciudad que evitó chocar de frente contra este turismo dando un volantazo a la derecha, saltándose el acerado y llevándose por delante ocho metros de barandilla del puente, muy cerca de una de las entradas al colegio de las Escolapias.

TUVO SUERTE El coche, un Peugot blanco con un solo ocupante, se precipitó al vacío, con tan buena fortuna que calló de plano sobre el Guadianilla (un canal que discurre paralelo al río Guadiana en el tramo urbano), lo que amortiguó la fuerza del impacto.

El conductor, que se dirigía a su lugar de trabajo, salió andando del interior del vehículo. Posteriormente fue atendido por una ambulancia del 112. Presentaba una herida en la cabeza, junto a la nuca, pero a pesar de que no parecía grave fue trasladado al hospital.

Al lugar del accidente se desplazaron, además del 112, agentes de la policía local y de los bomberos, que sacaron el vehículo del agua. Uno de los bomberos relató que el automovilista "salió por sus propios medios del coche y nadó hasta la orilla; solo tenía un corte junto a la nuca, y hablaba como si nada. Pero si el coche cae fuera del agua, revienta. Ha vuelto a nacer", afirmó.