Como cada 9 de diciembre al anochecer, la mártir Santa Eulalia se reencontró con sus fieles. Cientos de emeritenses arroparon ayer a la patrona de Mérida en una procesión marcada por la fe y devoción eulaliense. Minutos antes de las nueve de la noche salía de su basílica la mártir, al son de la banda municipal, para abrirse hueco entre la multitud que se agolpaba en las inmediaciones del templo. Un año más, la procesión de Santa Eulalia estuvo precedida por una homilía a la que asistieron buena parte de los peregrinos que por la mañana habían recorrido a pie los 21 kilómetros que separan la ermita de Perales, en Arroyo de San Serván, de la basílica eulaliense.

Vestida con un precioso traje rojo donado por un matrimonio de Huelva, en contraste con el blanco de las rosas de pitiminí y colombianas que adornaban el paso, la alcaldesa perpetua inició su recorrido procesional por las calles del centro hasta la concatedral de Santa María. En la plaza de la Constitución tuvo lugar un acto de oración con música a cargo de la capilla gregoriana del Calvario. A su llegada a la calle Obispo y Arco, la mártir recibió una petalada organizada por los grupos de priostía de Santa Eulalia y la Hermandad del Calvario; y otra por parte de la Cofradía Infantil a su llegada a la concatedral emeritense desde el conocido como balcón de guía. Como es tradición, la jornada finalizó con una colección de fuegos artificiales en honor a la patrona, entre los puentes romano y lusitania, a las once de la noche.

Los actos previstos para hoy se iniciarán a las 11.15 horas con la procesión de la mártir desde la concatedral hasta su basílica, donde se celebrará una homilía a cargo del arzobispo de Mérida-Badajoz, don Celso Morga. No faltará la tradicional ofrenda floral para la patrona.