"Empecé con trece años a beber y ahora tengo cuarenta y cuatro años. En este tiempo he tocado todo tipo de drogas, pero el alcohol ha sido lo más fuerte. Estoy en el centro para curarme porque ya he tenido dos pancreatitis en los dos últimos años. Los médicos no apostaban por mí y ahora quiero salir para rehacer mi vida. Llevo en el centro seis meses y ahora estoy muy bien, me encuentro muy fuerte y tengo muchas ganas de vivir y de estar con mis cinco hijos. Lucho por mí, porque me han dicho los médicos que si sigo bebiendo y consumiendo me queda muy poco, pero también por ellos".