"¡A por Eurípides! ¡A por Eurípides!" A viva voz retumbaban las palabras de las mujeres atenienses en las piedras del teatro en la noche de ayer. El autor trágico había provocado la ira de las ciudadanas griegas con la presentación que hacía de ellas en sus textos. Hécuba: "perra vengativa", toma la justicia por su mano asesinando a los hijos del rey Poliméstor. Fedra: "femme fatale ", se enamora de Hipólito, el hijo de su marido, al que tras su rechazo y por despecho acusa de violación. Medea: "bruja infanticida", mata a sus hijos y entrega sus cuerpos a su marido para provocar su sufrimiento. Una imagen muy alejada de las "griegas de a pie" que, indignadas con cómo Eurípides las reflejaba, deciden condenarle aprovechando el Festival de Las Tesmoforias , una fiesta femenina que se celebra una vez al año donde las participantes tienen la oportunidad de presentar cargos bajo consenso sobre cualquier habitante de Atenas. El elegido es, cómo no, el escritor ático, que para salir del apuro manda a su suegro Mnesíloco a infiltrarse en Las Tesmoforias con un cometido: convencer a las integrantes de que su yerno no merece tal castigo.

Aristófanes creó esta comedia para burlarse de su acérrimo enemigo literario, Eurípides. Eran contemporáneos y polos opuestos. Su guerra intelectual hizo que llegaran a escribir sobre el otro con el objetivo de ridiculizarse, como es el caso de Las Tesmoforias . Juan Copete y Esteve Ferrer, adaptador y director respectivamente, han sido los encargados de trasladar el texto milenario de Aristófanes a nuestros días. Lo han conseguido mezclando la profundidad crítica del original con los chistes triviales de la actualidad. Una comedia entretenida y disparatada que ha hecho reír al público emeritense; 2.250 personas llenaron la cávea del teatro la noche del estreno, el pasado miércoles. Una cifra nada desdeñable y más tratándose de una producción extremeña con actores no tan conocidos como en otras presentaciones. El público pagó por echarse unas risas, y a grandes rasgos, puede decirse que mereció la pena la inversión. Es difícil provocar carcajadas durante una hora y media larga, pero la docena de actores, la mayoría de ellos nacidos en Extremadura, y los cuatro figurantes que se subieron al escenario, declararon sentirse muy emocionados por la acogida.

El reparto, formado entre otros por Pablo Viña, Marta Calvó, Fermín Núñez o Ana Trinidad, convenció. Los actores se desdoblaron en diversos papeles, llegando en algún caso hasta ocho diferentes. La producción de Samarkanda y Triclinium está pensada para representarse en el certamen, así que a pesar de las palabras del escritor de esta versión, que asegura que se han evitado los localismos, se nota el aire extremeño en el texto. Los tintes políticos, muy presentes en la obra de Aristófanes, no abundan esta vez, pero aparecen de vez en cuando para darle un toque más severo a la representación, como sucede con la conversación llena de reproches entre éste y Eurípides. Un diálogo que Copete ha introducido como calzador para que el público entienda el por qué del enfrentamiento. A día de hoy sin embargo, casi parece un motivo de celebración la enemistad entre ambos autores, pues sirvió de inspiración a Aristófanes para que en el año 411 antes de Cristo escribiera la alocada Las Tesmoforias .