Todos temían que lo hiciera pero finalmente la lluvia no aguó la fiesta. Los diversos chaparrones que se sucedieron a lo largo de la mañana y la tarde no impidieron que se celebraran la mayoría de las actividades previstas y al cierre de esta edición, la Policía Local no había recibido más avisos de los habituales. Eso sí, mientras los jóvenes se divertían en el centro de la ciudad y aprovechaban los únicos rayos de sol del día por la tarde, los feriantes achicaban agua de las atracciones y casetas debido a la tromba que cayó sobre las seis de la tarde, que provocó varias inundaciones.

Desde bien temprano, jóvenes y mayores se agolpaban en la plaza de España para comenzar con las actividades de la mañana, el ya tradicional Día de la Bicicleta y varios talleres infantiles de manualidades, que tuvieron que recoger 20 minutos antes de lo previsto debido a las inclemencias del tiempo, dejando a más de uno con las ganas de irse con la cara pintada. La lluvia tampoco consiguió que el ritmo parar entre los más jóvenes. La calle John Lennon tardó en llenarse, pero finalmente sí aparecieron los grupos de amigos con las copas en medio de la calle, lo que provocó algunas quejas vecinales ante la policía local. Y finalmente, el tráfico sí se cortó.

Menos divertida fue la tarde para los que trabajaban en el recinto ferial. La tromba que cayó sobre las seis inundó muchas casetas, provocando que sus propietarios, cepillos en mano, tuvieran que ponerse "manos a la obra" para achicar agua. A pesar de que muchos avisaron a la Policía Local nada más empezar a llover, no fue hasta dos horas más tarde cuando se tomaron medidas e incluso el concejal de Obras, Francisco Miranda, se personó en el recinto para intentar dar una solución a lo ocurrido. Finalmente, la fiesta continuó.