Los trabajos que llevan a cabo junto a la tapia del cementerio arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadil permitieron ayer localizar dos fosas comunes en una zona de unos 200 metros cuadrados. El perímetro de las fosas se puede apreciar tanto por la textura del terreno, más ligero, como por el color de la tierra.

Además se han hallados numerosos restos óseos, casquillos y balas de fusil y pistolas, una hebilla que podría pertenecer a la correa de un fusil y una bala incrustada en la pared.

La excavación se inició el lunes y continuará durante una semana. Se ha escogido para realizar este trabajo la zona en la que el técnico Luis Avial detectó con un georadar la presencia de una serie de anomalías en el terreno y que coincide con los restos óseos aparecidos en junio del año pasado al empezar a construirse el futuro jardín botánico.

El responsable del grupo de trabajo, Jimi Jiménez, indicó que la misión que tienen ahora es confirmar si hay fosas comunes relacionadas con la guerra civil, cuántas y de qué dimensiones. Posteriormente será el ayuntamiento, que ha contratado a la Sociedad Aranzadi, el que decida si excavan para comprobar lo que hay en el interior.

De momento todo parece confirmar que las fosas pertenecen a hechos relacionados con la guerra civil. En cuanto a sus dimensiones, son de 3,5 metros de ancho, aunque la superficie exacta no se sabe todavía.