La venta del emblemático edificio del Liceo de Mérida continúa sin resolverse. El pasado mes de junio se decidió en Asamblea vender el inmueble para sanear las maltrechas cuentas de la sociedad a cambio de un millón de euros y un edificio de viviendas situado en la calle Cervantes a la empresa inmobiliaria Ajimez, una operación paralizada por la Delegación de Urbanismo. De esta forma, se tasaba el inmueble, de casi 2.500 metros cuadrados, en 1,8 millones de euros, a pesar de que en 2005 se aprobó su venta en 3,2 millones.

Algunos socios ya se han mostrado en contra de la operación, porque este mal negocio supondría la desaparición de la sociedad. Entre ellos está el socio Dionisio Blanco, quien asegura que el inmueble propuesto ahora en la Rambla tiene un precio inferior a los 800.000 euros en los que se fijó el edificio de la calle Cervantes.

Este mismo socio ha recurrido la asamblea en la que se decidió la venta de la sede y, dado que sospecha de la legalidad de las actuaciones de la actual junta directiva de la entidad, ha reclamado, por el momento sin éxito, las cuentas de la sociedad, el contrato de compra-venta del edificio, así como un inventario de todo su patrimonio. En caso de que no le sean facilitados como socio de pleno derecho, amenaza con demandar por vía penal a la actual directiva.