Los embalses de Mérida y la comarca han perdido entre un 13 y un 47% de su capacidad desde el año 2000 hasta la actualidad. Los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) demuestran que la mayor pérdida de agua embalsada la sufre la presa de Cornalvo, pero es mucho más significativa la situación del pantano de Alange, del que se abastece Mérida y de mucha mayor capacidad que los demás.

El embalse de Alange ha visto como en este período ha mermado en 112 hectómetros cúbicos de agua su capacidad, que ha pasado del 60,7% de volumen embalsado al 47,6%. Cornalvo, por su parte, ha perdido 1,47 hectómetros cúbicos desde el año 2000 y está al 72,2% de capacidad; mientras el único que ha ganado agua ha sido Proserpina (0,15 hectómetros cúbicos de agua más en la actualidad), que está al 84,1% de capacidad, un 3% más que hace siete años.

Las últimas lluvias caídas la pasada semana en la ciudad no han servido para aliviar la situación de los embalses, aunque en lo que va de año las precipitaciones han permitido recuperar en parte el agua embalsada perdida por el largo período de sequía.

Un buen año de lluvias

A este respecto, los datos de la CHG reflejan que desde enero Alange ha pasado de tener 386 hectómetros cúbicos de agua embalsada, a los 405 la pasada semana; Proserpina tenía en enero 4 hectómetros cúbicos de agua y ahora cuenta con 4,2; mientras que Cornalvo ha pasado de 1,98 a 2,3 hectómetros cúbicos de agua.