--¿Siempre tuvo claro su interés por la cinematografía?

--Lo que más me gustaba de chico era escribir. Recuerdo que mis padres contrataron el Canal Plus y ponían películas continuamente, me enganché de sobremanera, porque la magia del cine era lo que más me llamaba la atención. Ya en el instituto, y compartiendo mi afición con otros compañeros, se desarrollaron mis ganas de dedicarme a esta profesión.

--¿Por qué se fue a Madrid?

--A pesar de que el terminar la carrera empecé como realizador en un programa de Canal Extremadura, las oportunidades cinematográficas y publicitarias no estaban en aquel momento tan desarrolladas en la región como ahora. Me siento afortunado porque desde que salí de la universidad me he dedicado exclusivamente a mi profesión y me va bien, pero esto es una carrera de fondo. Eso significa que tengo que seguir al pie del cañón, dirigiendo y dando el máximo posible en todos los proyectos que hago para seguir mejorando.

--Director, realizador, guionista... ¿Con qué faceta se queda?

--Soy muy enreda y me encanta todo lo relacionado con este mundillo. Siempre me he querido dedicar a la realización-producción, pero si quiero ser director tengo que conocer muy bien el trabajo de todos para saber lo que puedo llegar a pedirles a la gente que esté a mi alrededor. Mi intención es poder vivir de contar historias a través del cine, que es lo que me apasiona, pero la publicidad también me llama la atención y es a lo que me dedico más ahora. Espero que los caminos puedan ir en paralelo.

--¿Qué supuso el corto 'Genti di muerti' en su carrera?

--Me abrió muchas puertas, sobre todo en la publicidad por la estética que tenía el corto. En Genti di muerti intentamos ir más allá con unos efectos especiales y una historia de género que no se había hecho en Extremadura hasta ahora con una calidad muy alta. Funcionó bastante bien, porque fuimos seleccionados en la sección oficial del Festival de Sitges, así como en festivales internacionales. Decidimos arriesgar y el éxito del corto radicó en que la calidad llamaba la atención por sí sola. Para nosotros el mayor halago es que alguien vea tu corto y te diga que parece una película. Guardo muy buenos recuerdos de todos los cortos porque me han dado muchas satisfacciones, pero también han sido sufridos, porque al no tener un soporte económico grande detrás tienes que suplirlo con un gran esfuerzo personal.

--¿De qué hablan sus historias?

--Lo que más me gusta son las historias personales. Existen muchos tipos de cine, pero yo apuesto por el que cuenta historias cercanas y reales desde un punto de vista estético, no tan documental.

--¿Cómo valora la situación del sector en la región?

--Extremadura es una de las mejores comunidades porque se fomenta el cine desde muchos puntos de vista. El cine se está financiando con ayudas de hasta 300.000 euros para un proyecto de largometraje, lo cual está muy bien. En la región se están poniendo las bases para que se desarrollen proyectos de calidad que luego puedan sacarse al mundo, porque hay mucho potencial.