El Círculo de Artesano se fundó el 27 de junio de 1897. Tuvo varias ubicaciones: la calle El Pósito, que después Félix Piñero y actualmente se denomina Félix Valverde Lillo; la calle Almendralejo y, finalmente, la calle San Salvador.

La sociedad tenía como fin primordial el recreo y la instrucción de la clase artesanal, industrial y comercial y las personas que, a juicio de la junta directiva, podían pertenecer a ella.

En el círculo había diferentes tipos de socios: de número, mayores de 25 años, que tenían voz y voto y podían ocupar cualquier cargo directivo; socios supernumerarios, que eran menores de edad y mayores de 16 años, que al llegar a los 25 pasaban directamente a socios de números; y socios de mérito, los que a juicio de la directiva merecían tal distinción por propios méritos.

El Círculo de Artesanos fue una sociedad con grandes actividades culturales. Tenía un grupo teatral, la Lírico Dramática, que representaba en sus locales distintas obras de teatro, zarzuelas y operetas. También se celebraban exposiciones y conciertos.

PRIMERA JUNTA La primera junta directiva estaba compuesta por Francisco Corchero, como presidente, que tenía una imprenta y fue también presidente del Liceo; Fermín Ramos Perdiguero, era el vicepresidente, padre del maestro Arsenio Ramos, que se jubiló en el colegio Trajano, y abuelo de Fermín Ramos Sánchez, cronista oficial de Mérida ya fallecido; y Tomás Lancho, que llevaba la tesorería, bisabuelo del actual vicepresidente de la Junta, Ignacio Sánchez Amor, y que tenía una tienda en la calle San Francisco que se llamaba La Verdad. También fue tesorero de la primera Asamblea de la Cruz Roja en Mérida y concejal republicano.

En una visita del Rey Alfonso XII, lo primero que expuso en un pleno donde se discutía la visita, fue que los gastos que se produjeran se destinarán a arreglar calles y no para flores y arcos de triunfo. Así se hizo.

Como contador eligieron a Eugenio Macías, la persona más carismática en esta época. Fue el primer presidente del Liceo, propietario de varias empresas y del semanario La República, que se editó desde 1897 al 1905. No tuvo hijos y adoptó a la hija de unos íntimos amigos que murieron en Málaga, Avelina Tarín, que tenía tres años y que se casó con Luis Matute, cuyos herederos son personas muy conocidas en Mérida. Murió con más de cien años.

Otros miembros de la junta fueron Manuel Crespo, Juan Romero, Francisco Alvarez, Julio Román y Antonio Cascón.

LA CUOTA Para poder pertenecer a la sociedad del Círculo de Artesanos había que ser presentado por dos socios de números. Se pagaban 5 pesetas en dos plazos de entrada y 1,25 al mes.

Se entendía como familia, y poder disfrutar de sus locales, a la esposa, hijos, madres, hermanas, primas o señoras enlazadas a él por parentesco y que vivieran bajo su mismo techo. Los padres de los socios podían entrar pero no participar en los juegos ni festejos. Las criadas, a pesar de que habitaban en su domicilio, no era consideradas como parte integrante de la familia y cuando acompañaban a sus señores a presenciar algún espectáculo (así lo contemplaban los primeros estatutos) ocupaban el lugar que les asignaba la junta directiva.

Esta forma de comportamiento también era normal en las otras dos sociedades recreativas: el Círculo Emeritense y el Liceo. En el Círculo Emeritense practicamente ni entraban.

Sin embargo, no había ni un solo impedimento en otros lugares, como La Tercia, de signo republicano, o el Disloque, que era totalmente lúdico y que se destinaba principalmente a bailes los domingos y terminó siendo cine y, en sus últimos años, sede del Frente de Juventudes, hasta que se demolió para seguir con el descubrimiento del templo de Diana, en la calle Romero Leal.

Uno de los personajes que más luchó por esta sociedad, hasta su final, fue Miguel Seller, Mimi.