"No nos pueden dejar aislados". La asociación de vecinos de la barriada Carrión se movilizó ayer para solicitar al Ayuntamiento de Mérida que se replantee la supresión de la parada de autobús de esta zona aislada ubicada al oeste de la ciudad. El concejal de Contrataciones, Daniel Serrano, anunció el pasado 18 de abril la supresión de la misma --en el marco de una serie de cambios materializados con el traspaso de la Empresa Municipal de Transportes a Vectalia, la nueva gestora tras la privatización-- por su escaso uso. "No decimos que sea una parada con muchísimos viajeros, pero los que hay realmente necesitan el autobús", defiende Isabel Gómez, la presidenta de la organización vecinal.

Gómez ya había manifestado su preocupación por la posible eliminación de la parada, ante la privatización y la escasa afluencia de usuarios, en una información publicada en este diario el pasado 3 de marzo. En algo más de un mes, sus temores se confirmaron, y se quejan no solo de los efectos de esta decisión sobre los 50 vecinos habituales de la barriada, sino de que no se haya contado con ellos en ese proceso. "Nos enteramos por los medios de comunicación de la intención de suprimirla y, de que se hizo efectiva, se enteraron dos chicos un día al coger el autobús".

La presidenta vecinal solicitó información a Vectalia, cuyo gerente le ha ofrecido una reunión. También desde el ayuntamiento le contactaron ayer, cuando había convocado a los medios de comunicación para hablar de este tema, para concertar una cita la próxima semana. Gómez espera que al menos se escuche su propuesta, que pasa por abrir la posibilidad de fijar una parada intermitente. "Entendemos que hay que tener en cuenta la falta de rentabilidad, pero al menos pedimos que se mantenga en los horarios más demandados de la mañana, cuando los chicos van al instituto por ejemplo, y cuando los usuarios lo soliciten por la noche", explica.