Hoy sería un día especial para los bares del centro de la localidad. Marcado en el calendario por muchos de los hosteleros, el domingo de feria significaba horas y horas sin apenas descanso desde casi primera hora de la mañana hasta altas horas de la madrugada.

Sin embargo, este año la crisis sanitaria eliminó de un plumazo esas expectativas. «No solo el tener que cerrar a la una de la madrugada, también está la limitación de veladores y la falta de alguna actividad que haga que la gente se anime a venir al centro», exclamó uno de los hosteleros del centro de la ciudad.

«Solo podemos tener dos mesas dentro y fuera, con todo el espacio que tenemos, solo podemos tener cinco mesas. Otros años podíamos llegar a tener hasta 14 mesas fuera y seis o siete dentro», lamentó otro de los hosteleros del centro.

Si hay algo que está apareciendo como nunca antes son los botes de espray desinfectante. Se encuentran en la barra, en la mesa específica para ello en la entrada de los locales en muchas ocasiones e incluso en alguna despistada mesa que ya fue o va a ser desinfectada para que nuevos inquilinos la utilicen.

Y aunque todos entienden que las circunstancias actuales son especiales, «llevamos dos meses luchando para darle una seguridad al cliente. Desinfectamos las mesas y las sillas las veces que sean necesarias, pero cada vez nos ponen más problemas y solo intentamos salir adelante», exclamó el gerente de otro bar céntrico quien, además, se quejó de la falta de empatía de muchos ciudadanos. «Ahora parece que salir a un bar a tomarse algo está mal visto, pero ir a los toros, al teatro o a un concierto no hay problema, cuando nos dejamos el alma para transmitir y asegurar la seguridad de los clientes».

Junto a eso, lamentan, aunque entienden, la falta de decoración de las calles en estas fechas. «Es verdad que si la feria no se celebra, el coste que podría tener el comprar ese material se dedique a otras cosas más importantes ahora, pero también podía servir para incentivar de alguna manera, con algún tipo de espectáculo o actividad, para animar a los vecinos a sentarse y tomarse algo» comentaron la mayoría de los hosteleros.

SEÑALADOS / Lo que sí está claro es que en la situación que vivimos, donde lo blanco o lo negro está viviendo un momento de máxima tensión, «parece que somos los culpables de los infectados que hay ahora y creo que en ningún comercio se toman las medidas que tomamos nosotros con los clientes. Ahora mismo, aunque pueda sonar que lo que diga es una barbaridad, creo que no hay sitio más seguro en cuanto a limpieza y desinfección que un bar o un restaurante» finaliza otro de los hosteleros.

Aunque esperan que las cosas vayan mejorando conforme pase el tiempo, muchos temen que la situación que les está tocando vivir a ellos en estos momentos, no les llegue a pasar factura cuando toda esta pandemia finalice y se vuelva a la antigua normalidad, la que todos deseamos, la de siempre.