b odegas Ruiz Torres es fruto del esfuerzo de varias generaciones de una familia dedicada en cuerpo y alma a la elaboración y venta de vinos. En estos momentos es la cuarta generación la que dirige este proyecto empresarial que ha tenido que adaptarse a las nuevas necesidades del sector. El enoturismo se ha perfilado en los últimos años como un excelente nicho de mercado y en Bodegas Ruiz Torres hemos sabido dirigirnos hacia esos nuevos derroteros.

Todo en Bodegas Ruiz Torres está pensado al milímetro. Su propio logotipo, por ejemplo, está inspirado en las pinturas rupestres del Paleolítico que se encuentran en la comarca de las Villuercas, en la actualidad amparadas por el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara.

Nuestra bodega data de 1870, con casi 150 años de trayectoria y actualmente está pilotada por su cuarta generación. Hace casi dos siglos, mi antepasado Miguel Ruiz elaboraba vinos al estilo tradicional de la zona con variedades autóctonas como la Alarije. Estas elaboraciones eran llamadas comúnmente ‘pitarras’ y se vendían a los vecinos de la localidad.

En la actualidad, Bodegas Ruiz Torres está situada en un enclave privilegiado en la Sierra de las Villuercas, en Cañamero, a tan sólo 15 kilómetros del Monasterio de Guadalupe, en la provincia de Cáceres.

En el año 1968, con apenas 18 años me hice cargo del negocio familiar tomando el relevo a mi padre Felipe Ruiz, que además de elaborar se dedicaba a viajar por toda Extremadura para dar a conocer sus vinos.

En el año 1973 monté la primera línea de embotellados (segunda en Extremadura en aquel momento), y en el año 1980 realizamos las primera exportaciones a países como Rusia y Alemania.

Es en la década de los 80 y 90 fue cuando la bodega experimentó su mayor expansión.

Por eso, en el año 2000 comenzamos a construir junto al viñedo unos 11.000 metros de instalaciones vitivinícolas, con maquinaria de última tecnología para la elaboración y envejecimiento del vino, cambiando nuestra bodega a este entorno maravilloso. Las nuevas bodegas estarían dotadas de zona de recepción de uva, sala de fermentación, sala de depósitos, sótano de crianza en barrica y dormitorio de botellas, laboratorio, zona de embotellado, oficinas, salones para eventos y tienda.

En el año 2004 recibí un reconocimiento muy especial: el premio al Empresario del Año que otorga El Periódico Extremadura. Fue un momento de gran emoción y satisfacción personal.

En 2007 la Junta de Extremadura concedió a la bodega el premio Constancia Empresarial en reconocimiento a ser una de las empresas con mayor antigüedad de la región.

Desde entonces nuestras bodegas son un referente dentro del mundo del vino en Extremadura, siempre innovando y apostando por el crecimiento de este sector, llegando al día de hoy a exportar sus excelentes vinos a más de 35 países.