--¿Cómo podemos aprovechar de la presidencia española de la Unión Europea para mejorar el campo extremeño?

--La actual Unión Europea es una organización compleja con países con intereses que no siempre comparten. La presidencia la vamos a utilizar para remachar que el sector agrario es estratégico en las políticas comunitarias porque se ocupa de algo vital como es la alimentación. En momentos de crisis como el actual es cuando tomamos conciencia de su importancia. Nuestro presidente va a aprovechar para crear un ´núcleo duro´ con los grandes productores de la Unión Europea.

--¿Cómo reorientaría la nueva PAC de cara al escenario de 2020?

--Aunque aún es pronto para definir lo que será la ´Estrategia 20-20´, tenemos que ir viendo qué es lo que más nos interesa. En este consejo informal de ministros que se celebrará en Mérida, la presidencia española presentará un documento sobre el futuro de la PAC más allá del 2013. Estamos viendo ya cómo encauzamos los fondos de unas ayudas al campo que no pueden disminuir. Ahí tenemos que posicionarnos y ver cómo algunas ayudas que en su momento tuvieron un sentido ahora hay que reorientarlas. No se puede legitimar el pagar por no producir. Los productores agrarios necesitan para poder seguir unos mínimos niveles de rentabilidad. Hay que tender a un abaratamiento de costes y salir a un mercado competitivo con las máximas garantías de calidad y sanidad alimentaria.

--¿Cómo evitamos el problema de los precios de los productos del campo, que en ocasiones superan el 1.000 su precio en origen?

--No se puede simplificar este asunto. Lo cierto es que el productor agrario no tiene ninguna capacidad para intervenir ni en los precios de la materia prima, ni en los que recibe por su producto, que además es perecedero. Ante esto hay que establecer políticas transparentes en la cadena de valor. En ella hay intermediaciones lógicas y una parte especulativa. Contra ésta hay que luchar con medidas que permitan a los gobiernos intervenir y regular. Hemos pasado una etapa en la que el mercado lo era todo y hemos visto que no era bueno ni para las entidades financieras ni para la economía. No podemos dar bandazos y volver al todo regulado por el Estado. Los que compran actualmente están unidos en multinacionales y los que venden son millones. Hay que corregir esa desigualdad. También hay que crear estructuras bien dimensionadas y con fuerza para negociar y ahorrar costes de producción.

--¿Pueden negociarse precios referenciados a costes?

--Estamos hablando del salario de la gente del campo. Si se ve conveniente que empresarios y trabajadores firmen convenios para que haya una estabilidad en sus ingresos esto puede aplicarse al campo. Otra cosa es una ley de márgenes, porque habría que hacerla a nivel europeo como mínimo. Sí veo positivo introducir transparencia y capacidad de negociación entre las partes.

--¿Se va poner un límite a la producción de tomate para evitar que ésta muera de éxito?

--La última campaña de tomate ha sido importante y la industria la ha asumido. Además el mercado mundial demanda más concentrado de tomate. Actualmente, estamos asistiendo a un intento de tirar precios a la baja simplemente con rumores. A día de hoy no hay firmado ningún contrato de tomate todavía. Las industrias deben saber qué capacidad tienen y firmar sólo los contratos necesarios.

--¿El sistema de control de calidad del ibérico por Guijuelo es fiable?

--En el sector del ibérico hay mucha confusión, tras unos años de una profunda crisis. Una asociación de productores extremeños ha denunciado el sistema de Guijuelo, que tiene sus fallos, evidentemente. Creo que hay que ir a sistemas mixtos. Lo mejor es lo que hace Dehesa de Extremadura, el seguimiento desde el campo, que hace que estos jamones con DO sean los más cotizados del país.

--¿El Plan de Ayudas del Tabaco garantiza la supervivencia del sector o hay que esperar a que la industria se pronuncie?

--Despeja una serie de variables y marca un escenario en el que se van a encontrar no sólo ayudas a las explotaciones sino también agroambientales, además de subvenciones para la adquisición de materiales o secaderos. Ahora queda la otra variable, el precio comercial, que tiene que ser rentable para que las explotaciones tabaqueras sigan. Estoy convencido de que la próxima semana esto se clarificará mucho más.

--Viñedo y olivar han registrado una de las peores campañas ¿qué soluciones van a ofertar a los agricultores de dos sectores tan básicos?

--Son dos sectores en un momento difícil, especialmente el viñedo, que ha sufrido una bajada de precios y de consumo. En este escenario negativo tenemos fortalezas como la alta cooperativización. El 75% de la producción se realiza así. La reconversión del viñedo se ha hecho bien. Tenemos que ir al ahorro de costes y tener las bodegas precisas.