A veces, el viajero tiene la suerte de toparse con espacios donde la mochila del alma se aligera a pesar de llenarse de recuerdos imborrables. Este mágico efecto sucede con asiduidad en Cáceres, concretamente, en su ciudad antigua. Allí, en el palacio de los Becerra tiene su sede la Fundación Mercedes Calles y Carlos Ballestero que durante todo el año es referencia para cacereños y viajeros en cuanto a difusión de la cultura y como motor económico de la ciudad. Este hermoso palacio del siglo XV es sede de exposiciones del más alto nivel artístico, con obras de Rembrandt, Ribera, Murillo, Tiziano, Rubens, Van Dyck, Picasso, Andy Warhol entre otros.

Actualmente, y hasta el próximo día 30 de septiembre, alberga la exposición titulada ‘Ágatha Ruiz de la Prada en Cáceres’, una colección compuesta por 25 vestidos de alta costura y 16 fotografías. La exposición es también un tributo y reconocimiento a la diseñadora, premiada con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Premio Nacional de Diseño de Moda, Premio Nacional de la Industria de la Moda entre otras distinciones.

Sobre su exposición, Ágatha Ruiz de la Prada ha asegurado que es “una gozada esta unión del arte y la moda”, algo que ha sido “el hilo conductor” de su carrera. “Es imposible comprender mi trabajo si no entiendes el arte conceptual, el pop art, el surrealismo, la Bauhauss, todas esas cosas”, ha indicado.

En Cáceres están los diseños de su último desfile y ha relatado que en “los últimos desfiles” que está haciendo “desde el año 2011 son un poco retrospectivos” de su trabajo.

Igualmente, la Fundación Mercedes Calles convoca cada año un prestigioso premio de artículos periodísticos que en su última edición gano Rosa Montero con su texto ‘Una ballena varada en una playa’.

Además, gracias a la fundación, los viajeros pueden tomar aliento en la Tapería-Cafetería Jardín de Ulloa, en la plaza de San Jorge, un hermoso rincón de la Ciudad Monumental.

La oferta culinaria de este templo de los fogones regentado por la fundación es muy amplia. Allí se puede desayunar, tomar el aperitivo o gozar de una cena íntima. Todo ello a un precio que los turistas ni se imaginan.

Pero Jardín de Ulloa encierra muchos encantos. En su interior hay un jardín romántico del mismo nombre desde el que se contempla la Montaña y el Santuario de la Virgen de la Montaña. Cualquier momento es bueno para deleitarse en este espacio.

Otro atractivo es la carta del restaurante, que se encuentra en constante evolución en función de la época del año.