Belén Domínguez se encarga de las relaciones públicas del Hotel Agora de Cáceres desde el 7 de marzo del 2005, día en que abrió este hotel, de estilo moderno y minimalista, situado en una de las calles más céntricas de Cáceres, la calle Parras 25.

--¿Qué resaltaría como característico del hotel?

--Sin duda, la situación del hotel en el centro de Cáceres, lo que resulta muy cómodo para la celebración de cualquier tipo de evento. Evita coger el coche y con todas las ventajas que ello tiene de poder tomar una copita y no tener ningún disgusto después...

--¿De cuántos salones disponen y cuál es la capacidad de invitados que permiten alojar cada uno?

--Tenemos tres salones con capacidades que oscilan entre 20 personas y 250 en banquete, llegando a 400 personas en cocktail. Son todos panelables. Lo que permite una amplia diversidad de montajes (banquete, imperial, en ´U´) y distintos tipos de celebraciones, dependiendo de la formalidad o informalidad que se quiera imprimir a cada acto.

--¿Qué ofrece Hotel Agora que les hace diferentes?

--La personalización; no hacemos ninguna boda igual a otra; intentamos que cada pareja, cada persona, nos cuente lo que quiere para ese día, cómo le gustaría organizarlo, y en función de eso intentamos complacerles. Queremos que se sientan cómodos.

--En cuanto al restaurante ¿tienen menús especiales para bodas? ¿Cuáles son sus tarifas?

--Nuestra cocina esta basada en la cocina tradicional cacereña, pero siempre intentamos darle un toque moderno, comer bien. Un buen solomillo no está reñido con una buena presentación y un cuidado servicio.

Tenemos menús con cocktail desde 48 euros más 7% de IVA hasta lo que uno se quiera gastar. Pero es muy extraño que nuestros clientes se casen con un menú predefinido. Todos hacen sus cambios en función de sus gustos y las familias y amigos (que son muy importantes). Muchas veces los novios se casarían o harían su celebración de una determinada manera, pero por la familia lo hacen de otra. Las celebraciones en nuestro hotel no están estereotipadas. Asesoramos, damos ideas, pero siempre el cliente tiene la última palabra.

--¿A partir de qué fechas suelen comenzar las reservas de bodas?

--Depende de los novios. Hay novios que reservan con más de un año de antelación y otros que deciden organizarlo todo en tres meses. Sí notamos que en periodos vacacionales es cuando más novios deciden casarse. Después de verano, Navidades y Semana Santa tenemos más peticiones de información y se hace más reservas que durante el curso escolar. También depende un poco de si se casan en parroquias donde las reservas de boda se realizan desde un determinado mes (que generalmente es septiembre) o si son civiles que se lo dicen en el momento.

--En este año que parece que la economía de los españoles no está pasando por un buen momento. ¿Han notado un descenso de las peticiones o reservas?

--De momento, no estamos notando mucho la crisis. Eso sí, se gasta menos alegremente. Hubo unos años donde se llegó al derroche. Ahora todo está más contenido. No hace una mejor boda quien gasta más dinero, sino el que acierta con los gustos de sus invitados y sabe ser un buen anfitrión. Por eso nosotros intentamos conocer lo mejor posible los gustos de nuestros clientes y lograr ese equilibrio para que la celebración sea un éxito.