Extremadura, como España entera, desea un mayor movimiento turístico durante todas las estaciones del año y por todo el territorio regional. Desde la creación de las autonomías fue el campo del turismo el primero que se transfirió totalmente a los nuevos entes gubernamentales. Desde entonces tienen exclusivamente la competencia la gestión turística en sus territorios.

Y cuando las Consejerías de Turismo de las distintas comunidades autónomas o las empresas salen a vender sus productos a los mercados extranjeros en las ferias de turismo internacionales, reciben la ayuda y el conocimiento de los responsables de las 33 oficinas españolas de turismo en el exterior que dependen de Turespaña, la Dirección General de Turismo de España.

Bien es verdad que el turismo oficial está encauzado, desde la creación a primeros del siglo XX de la Comisaría Regia de Turismo, en el campo de la promoción, pero siempre digo que son los empresarios y los trabajadores los que hacen avanzar la barca del turismo hacia los mejores caladeros del mundo; de ahí el gran éxito conseguido.

Y veamos ahora el campo del turismo extremeño, tras conocer las últimas cifras ya cerradas del año pasado: al final de 2018, en su conjunto, hubo en Extremadura un total de casi 1,9 millones de turistas, que pernoctaron 3.4 millones de noches. Se incrementaron 97.000 turistas, con un incremento de un 5,5%. Cada vez nos visitan más turistas extranjeros pues en total fueron 315.000, con un aumento del 11% respecto al año anterior.

¿Y en qué debe incidir el turismo extremeño para conseguir una mayor cuota de mercado? Sin duda alguna en el campo de la calidad y del buen hacer profesional. Estas dos facetas bien trabajadas harán ganar dinero y prestigio a las empresas turísticas extremeñas.

Realizar cursos de atención al cliente, de oferta de calidad de los bienes y servicios empresariales del sector turístico y del Sistema de Calidad en los Destinos Turísticos son básicos para atraer clientes hacia el destino Extremadura. Bien es verdad que esto ya se viene desarrollando.

Desde hace años el sector turístico extremeño basa su actividad en tres grandes ejes. Turismo cultural, de naturaleza y enogastronómico y, últimamente, en los campos del avistamiento de aves, de las estrellas y del rodaje de películas.

Si somos capaces de conseguir la promoción de estos tres factores, hemos logrado el gran éxito para las empresas turísticas extremeñas, pues hemos de saber que el turismo que llega a nuestra región es un turismo individual, para nada masificado; de calidad y de corta estancia. Por eso, se ha de ofrecer una buena atención.

Los mercados a los que hay que prestar más atención son, sin duda: Madrid, Andalucía, Castilla y León y Portugal. A los que hay que sumar los emigrantes extremeños y a sus familiares, a los que algunos han llamado “turismo paisano” en verano, además de los procedentes de países cercanos como Francia, Inglaterra, Italia o Alemania, que buscan un territorio casi virgen con particularidades propias. Yo no descartaría el turismo procedente de Hispanoamérica por el tema histórico y dejemos atrás esa ñoñería de que no tenemos que ensalzar la gran labor de los extremeños en la conquista de América, como ahora se está haciendo con uno de los grandes de la historia universal: Hernán Cortés. Ahí hay un campo enorme para captar turistas interesados en la historia y la procedencia extremeña de sus apellidos, que suelen ser personas de alta capacidad adquisitiva, incluso de los inmigrantes latinos que residen en España y que desean conocer la tierra de los apellidos de sus mayores.