-¿Qué balance hace de la aplicación real de las políticas de igualdad dentro de CCOO?

-Desde que entré en el sindicato hasta hoy ha habido un cambio muy importante. Cuando yo llegué los cargos de responsabilidad los ocupaban los compañeros. Aunque también hay que señalar que ellos han sido parte de la lucha. Recuerdo que en el año 2000 tuvimos el primer plan de igualdad dentro del sindicato. Ahí ya nos marcamos objetivos para propiciar la participación de las mujeres en órganos de poder. Empezamos a visualizar más voces femeninas.

-Pero no ha sido hasta 2017 cuando CCOO no ha tenido, por primera vez, una mujer como secretaria general, es decir, como máxima autoridad.

-Hemos avanzado mucho dentro del sindicato y ha sido una batalla conjunta de hombres y mujeres.

-¿Se ha sentido menos respetada en su puesto por ser la primera mujer?

-En este momento puedo decir que para nada. Al principio de entrar, al igual que cualquier mujer, para asumir responsabilidades tuve que demostrar mucho más que un hombre.

-¿Cuál es el principal cambio que, cree, ha habido dentro del sindicato?

-Que la conciliación la demandan tanto hombres como mujeres, ese cambio de mentalidad se ha producido. Y es una realidad que transmitimos luego cuando entramos en el ámbito de la negociación colectiva.

-Desde que empezó su mandato, ¿cómo ha cambiado la manera de ejercer el liderazgo en CCOO?

-No sé si influye el hecho de que antes era un hombre o simplemente tiene que ver con la persona, pero yo siempre he intentado tener un liderazgo muy transversal, apuesto por un trabajo muy colaborativo, un trabajo en equipo.

-¿Podemos decir que ahora se tiene en cuenta la perspectiva de género?

-Para mí el feminismo, que es una ideología, no tiene sexo, y lo podemos ejercer tanto las mujeres como los hombres. Y eso va en función de las personas. Es verdad que en este caso ha coincidido. Mi lucha feminista es indudable, pero eso también lo he aprendido en el sindicato. Batallar para evitar esa foto fija donde siempre son hombres los que toman las decisiones. Lo que tengo claro es que si todos fuéramos feministas, la sociedad ya habría cambiado.

-¿Cuál es el principal problema que vive la mujer actualmente?

-Pues que no hemos conseguido la igualdad. Lo vemos día a día, por ejemplo, en la brecha de género, con las pensiones más bajas, con la violencia de género, que es la forma más dramática y agresiva de evidenciar esa desigualdad.

-¿Por qué hay un sector de la sociedad que cuestiona la lucha feminista?

-Vienen vientos del sur, de Andalucía, y también de Europa..., y lo primero que caen son los derechos de las mujeres. Además a través de mentiras, porque mil mentiras se convierten al final en una verdad. Y mentira tras mentira se está construyendo un argumentario. Y tenemos que ser conscientes de que van contra nosotras, quieren llevarnos de nuevo al reino del hogar. Hay gente que entiende que la mujer debe tener un rol y el hombre otro. Y pensamos que eso había desaparecido hace 40 años, pero parece ser que no. Nosotras queremos disfrutar de la familia y del trabajo en igualdad, y por eso vamos a seguir peleando. Porque la mejora bandera es la igualdad, y la mejor patria son los derechos humanos.