El matadero municipal de Almaraz entró en funcionamiento durante la jornada de ayer con el sacrificio de 150 cabezas de ganado. Según el alcalde del municipio, José Ignacio Parra, está previsto que el lunes se alcance un ritmo de producción de 250 animales diarios.

La apertura de este servicio ha sido posible gracias a la aplicación de una serie de modificaciones y "medidas compensatorias", afirmó Parra. Y es que el matadero ha estado en desuso desde la finalización de su construcción, en el año 1995, ya que su ubicación no se ajustaba a las indicaciones de una normativa que obliga a situar este tipo de instalaciones a 2.000 metros del casco urbano. Sin embargo, el recinto almaraceño se encuentra a menos de 300 metros de las viviendas.

SIN PERMISO DE LA JUNTA

La polémica historia del matadero se remonta años atrás, según recuerda el actual alcalde. El equipo de gobierno de 1992, presidido por Tomás Retamosa, decidió acometer el proyecto con fondos municipales ante la negativa por parte de la Junta de Extremadura a financiar la obra. El Ejecutivo regional ya avisó entonces de la ilegalidad de su ubicación.

En 1995 se entregó la obra finalizada al ayuntamiento, expidiendo éste la licencia municipal. Pero la Junta de Extremadura negó los permisos necesarios ante el incumplimiento de la citada normativa. Desde entonces hasta el día de hoy ha habido varios intentos en vano de apertura.

Parra comunicó que el hecho de que ahora sí puedan funcionar las instalaciones, cuya inversión inicial superó los 400 millones de pesetas, se debe a la adopción de una serie de medidas correctoras. Entre éstas se encuentra el desplazamiento hasta un punto más alejado de las actividades insalubres y que desprenden malos olores, como el almacenamiento de las vísceras o los corrales en los que el ganado vivo espera el día del sacrificio. En concreto, desde el consistorio de Almaraz se está valorando un terreno situado a 2.400 metros de distancia del casco urbano.